La «Moment Factory» es una empresa que crea shows multimedia para los espacios públicos. En su último proyecto, GriD, un juego de Pong, que usa un sensor LiDAR el cual funciona en un campo de 40×60 pies (12×18 metros). El sensor LiDAR funciona cuando dos jugadores se posicionan sobre la paleta del jugador de Pong con los pies.
Veamos cómo funciona:
Es claro que no hay gran avance tecnológico pero el cambio de escala parece cambiar la perspectiva del propio juego. Es algo parecido a ese piano que tocaba con sus pies Tom Hank en una película: da una percepción diferente.
Pero más allá de esto, GRiD, parece plantear la combinación del juego social en un espacio público. GRiD revive el jugar socialmente manteniendo el mecanismo del juego intacto. Así, se puede interactuar en algún lugar público con extraños con los cuales hay que colaborar y por qué no, lograr que la comunicación pase de algo de ese momento en algo más duradero.
La primera prueba se llevó a cabo en el festival MAPP_MTL. Instintivamente las personas llegaron a jugar así nada más. A algunos el cambio de aceleración de la pelota del Pong los tomó por sorpresa, pero pronto se dieron cuenta de lo que tenían que hacer. De hecho, repitieron el jugar para mejorar su desempeño. Tal vez es parte de la naturaleza humana y lúdica.
También los espectadores hicieron su parte y formaban equipos o alianzas para apoyar a un par de jugadores. La emoción se volvió palpable cuando el experimento se llevaba a cabo. Los equipos, poco a poco, comenzaron a diversificarse. Los círculos de amigos se empezaron a abrir a extraños y hubo momentos interesantes, por ejemplo, cuando un hijo con su padre compartieron un raro momento en donde solamente importaba el jugar. Cuando terminó ese juego, los jugadores se felicitaron mutuamente en un acto de gran deportivismo y quienes esperaban en la fila para jugar entonces tomaban su lugar para poder entrar al espacio interactivo.
Un experimento interesante en muchos sentidos y que acerca a las personas que muchas veces, debido a cómo son las sociedades en las grandes ciudades, se vuelven día a día más impersonales.