El Dr. Alvar Saenz-Otero trabaja en dispositivos tecnológicos para la estación espacial internacional (EEI), y todo esto lo hace desde el MIT (Massachussetts Institute of Technology), una de las instituciones científicas más importantes del planeta. Saenz-Otero decidió desde muy joven que su interés era el espacio, por lo que ingresó al MIT para estudiar ingeniería aeronaútica, haciendo también en esa misma institución su maestría y doctorado.
Desde el inicio de la licenciatura, la investigación de Saenz-Otero, se centró en el diseño e implementación del Synchronized Position Hold Engage and Reorient Experimental Satellite (SPHERES), que son pequeños satélites de propósitos muy particulares. El Dr. Saenz-Otero es el director del Laboratorio de Sistemas Espaciales del Departamento de Aeronaútica y Astronaútica del MIT y desde luego, interactuando de forma directa con la agencia espacial norteamericana, NASA.
Los méritos académicos de Saenz-Otero se pueden remontar al segundo año de la licenciatura, en donde fue invitado como ayudante de investigación por un profesor para el nuevo proyecto, los SPHERES, en el cual sigue trabajando hoy día. Los SPHERES son satélites de forma esférica, de unos 20 cms. de diámetro, cuya idea es usarlos como constelaciones de satélites pequeños, para así reemplazar el uso de enormes y numerosos satélites que trabajan por separado. Hoy en día la EEI tiene tres de estos SPHERES a bordo.
Cada SPHERES cuesta unos 200 mil dólares, el cual puede parecer mucho dinero, pero es muy poco comparado con los millones de dólares de los satélites artificiales conocidos por todos. “En el futuro se busca que los satélites trabajen juntos, por ejemplo en un telescopio espacial, en él existen maneras técnicas en que puedes combinar la imagen capturada por diferentes satélites, y si la combinas bien a razón de alinear a nanómetros los telescopios, es como si tuvieras un espejo gigante en lugar de muchos pequeños, a esto se le llama interferometría. Otra idea de esto es el ensamblaje de satélites en el espacio; por ejemplo, qué tal si en lugar de lanzar uno muy grande, lanzan muchos para que se ensamblen solos, esto podría funcionar por limitaciones de dinero o de espacio en los lanzadores”, indica Saenz-Otero.
Curiosamente los SPHERES pueden servir también para que estudiantes sean incentivas en la ciencia. Así nació un proyecto dirigido al uso de la tecnología y la difusión de la ciencia, encabezado por el astronauta Gregory Errol Chamitoff. Este proyecto se denomina Zero Robotics.
Basado en el uso de los SPHERES, en 2009 los científicos, profesores y estudiantes del SSL y el astronauta Gregory Errol Chamitoff crearon un nuevo proyecto integral dirigido al uso de la tecnología y la difusión de la ciencia para incentivar a los jóvenes a adentrarse en las ciencias espaciales, se le nombró Zero Robotics. Esto es de hecho una competencia robótica en donde se trata de programar los SPHERES. En el concurso, los participantes prueban sus programas en simuladores, pero en la medida que avanza el reto, estos programas se prueban en los SPHERES que están en la EEI.
Los equipos son formados por estudiantes, de 5 a 20, y participan con la ayuda de un tutor o maestro voluntario que los ayuda y guía: “En el concurso nivel preparatoria, primero juegan con su programación y simulación en dos dimensiones, después es en tres dimensiones y existe una eliminación. Luego se forman alianzas de tres equipos cada una y deben lograr trabajar correctamente juntos. Lo siguiente es llegar a concursar mandando el código a la EEI. Lo que hacen los estudiantes es un juego, tienen que programar a su jugador y pensar en todas las variables con límites, como la memoria, procesador, etcétera”, indica el Dr. Saenz-Otero.
Saenz-Otero dice que se buscan más lazos con universidades para que haya más equipos en el reto planteado por Zero Robotics. “Estamos buscando cómo tener una participación más grande de México este año, en donde mínimo diez equipos mexicanos compitan”, afirmó el investigador. De hecho, este concurso tiene dos vertientes, el nivel preparatoria, el cual se lleva a cabo entre septiembre y diciembre de cada año y un segundo concurso, para el verano, en donde los estudiantes de escuelas secundarias aprenden a programar.
Saenz-Otero ha colaborado (2012) en la planeación y asesoramiento académico de los investigadores mexicanos para diseñar el satélite meteorológico Quetzal, en el que actualmente trabaja el Centro de Alta Tecnología (CAT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Quetzal recibe apoyo del Fondo MISTI-Conacyt y de los investigadores de Massachusetts.
Referencias: