El cómputo moderno permite ahora muchísimas más libertades a los programadores que hace años. Las facilidades hoy en día en los equipos modernos, la gran disponibilidad de memoria, las velocidades de los procesadores, permiten finalmente poder escribir máquinas virtuales, emuladores de procesadores diferentes al que se tiene en la computadora. Y esto da pie a que se puedan tener computadoras del pasado reciente en software y eso es francamente increíble, pues de entrada, no hay que comprar nada y mucho del software de ese tiempo ya está en la red a modo de imágenes binarias, las cuales se cargan en el emulador. Todo esto tiene sus virtudes, sin duda.
Y es que me he encontrado con un emulador del procesador 6800, el cual fue el primero que utilicé en la UNAM en los cursos de Máquinas Digitales (con laboratorio). El procesador 6800 es de los más simples, a pesar de que cuenta con diversos modos de direccionamiento en memoria. Cuando estudié estas cosas no entendía realmente para qué tantos modos de direccionar la memoria. Hoy me parecen imprescindibles. Comparado con otros procesadores de su tiempo, el 6800 es compacto y fácil de programar.
El emulador es gratuito y corre bajo Windows. Contempla el 6800 y el 6811. Fue diseñado este software con la idea de que la gente aprenda sobre el lenguaje ensamblador, que aunque ahora vivamos inmersos en Java, Python, C/C++, Delphi, etcétera, finalmente todo debe correrse en el código nativo de una computadora y a la postre, hay siempre aplicaciones que bien requerirían el acceso al código más básico de cada procesador. Por ello, no me parece mala idea el usar un emulador como éste para entender mucho de lo que ahora se hace a nivel código de máquina. El emulador soporta depuración, control de “breakpoints”, trazo de la ejecución, despliegue de los registros internos y un convertidor de diferentes bases: Hex/Bin/Dec.
Pero para que se interesen en este emulador, propongo el siguiente ejercicio: escríbase un programa en ensamblador del 6800 (el cual funciona en una ventana DOS y puede ser descargado de este sitio) que se copie a sí mismo. Obviamente, el ensamblador no es necesario pues el emulador contiene uno muy sencillo, pero es siempre una ayuda. El premio al mejor programa será una taza de la Morsa. Cabe decir que como es un reto relativamente sencillo y es a manera de incentivar a los lectores binarios de unocero, el concurso sólo es aplicable en el Distrito Federal.
Referencias: