Uber está en la mira. En horas recientes, más de 124 mil documentos confidenciales que revelan supuestas malas prácticas al interior de la plataforma han sido filtrados por The Guardian y replicados por más de 180 periodistas en otras 40 publicaciones.
En términos generales, los informes hacen eco de una serie de supuestos engaños, planes de explotación a conductores, presiones a gobierno y otras decisiones que han puesto sobre la mesa un panorama sombrío detrás del éxito de la reconocida app.
Las filtraciones consideran correos electrónicos, conversaciones de WhatsApp entre altos ejecutivos del servicio, memos internos así como diversas presentaciones de negocio que se crearon entre 2013 y 2017.
En medio de las líneas de estos documentos que ahora tienen a Uber en la mira del escrutinio público pueden leerse valores, condiciones laborales y líneas de expansión mundial que están siendo fuertemente criticadas a nivel mundial.
Hablamos de casos, en muchos momentos, muy puntuales que obligarían al servicio a realizar un examen de conciencia sobre la ruta tomada para garantizar su éxito y supervivencia en el mercado.
Si bien la información es mucha, de acuerdo con los informes disponibles, es posible explicar los ahora famosos Uber Files en tres puntos clave.
Uber ¿violencia para garantizar el éxito?
Uno de los puntos más destacados tiene que ver con lo sucedido en Francia hacia 2016, cuando en aquel país se hicieron evidentes las muestras de rechazo alrededor de la operación de Uber.
Luego de que cerca de 2 mil taxistas salieran a las calles a protestar en contra de la app al considerar un escenario de injusto de competencia, según las filtraciones, el entonces CEO de Uber, Travis Kalanick habría presionado de manera interna para incitar a los conductores del servicio a responder a dichas protestas, incluso de manera violenta.
Según un texto que ahora corre por la red, Kalanick habría expresado en un documento: “Creo que vale la pena… La violencia garantiza [sic] el éxito”.
Un servicio ilegal
Mucho se ha hablado sobre los vacíos legales alrededor de la operación de Uber en diversos mercados.
Hacia 2014, este tipo de problemas llevaron al cierre de Uber en Tailandia cuando las autoridades de dicho mercado concluyeron que los conductores del servicio no contaban con el registro ni seguro necesarios para operar vehículos comerciales.
Misma historia sucedió en India cuando el servicio fue desterrado luego de una denuncia de violación en contra de un conductor.
En medio de este escenario, las filtraciones actuales hacen eco de una declaración supuestamente, emitida por la entonces jefa de comunicaciones globales de Uber, Nairi Hourdajian, quien habría escrito a un colega «a veces tenemos problemas porque, bueno, simplemente somos jodidamente ilegales».
Uber cree que es pirata
En esta misma línea, The Guardian menciona las declaraciones de un alto ejecutivo de Uber en las que reconoce que el servicio, en muchos mercados, opera bajo la ilegalidad capitalizando huecos en la ley.
Esto aparentemente sucedería en más de una docena de países incluidos Turquía, Sudáfrica, España, la República Checa, Suecia, Francia, Alemania y Rusia.
«No somos legales en muchos países, debemos evitar hacer declaraciones antagónicas. Nos hemos convertido oficialmente en piratas», se lee en los documentos filtrados.
Una respuesta esperada
A estas filtraciones se suman algunas más que hacen mención de supuestos acuerdos con líderes políticos como Emmanuel Macron o el reconocimiento de «una pirámide de mierda» compuesta por «demandas de conductores», «investigaciones regulatorias», «procedimientos administrativos» y «litigios directos» detrás del negocio de la firma.
Como era de esperarse, tras la filtración de estos documentos, desde Uber emitieron una respuesta a través de una publicación en su sitio web, en donde explicaron en voz de Jill Hazelbaker, vicepresidenta senior de marketing y asuntos públicos del servicio:
«No ha habido escasez de informes sobre los errores de Uber antes de 2017. Se han publicado miles de historias, se han escrito varios libros, incluso ha habido una serie de televisión. Hace cinco años, esos errores culminaron en uno de los ajustes de cuentas más infames en la historia de las empresas estadounidenses. Ese cálculo condujo a una enorme cantidad de escrutinio público, una serie de juicios de alto perfil, múltiples investigaciones gubernamentales y el despido de varios altos ejecutivos. (…) No hemos puesto ni pondremos excusas por comportamientos pasados que claramente no estén en consonancia con nuestros valores actuales. En cambio, le pedimos al público que nos juzgue por lo que hemos hecho en los últimos cinco años y lo que haremos en los próximos años»
Por ahora, no habrá más que esperar para que nuevos detalles salgan a la luz y esperar una respuesta mucho más contundente por parte de la empresa.
Lo único que queda claro al momento, es que este es un nuevo golpe a la reputación de Uber tanto como servicio así como empresa empleadora, discusión que lleva años sobre la mesa y de la que poco se ha podido solucionar.
