El negocio que comenzó en el 2010 como la idea de compartir tu coche y cobrar por el servicio, hoy opera en 270 ciudades de 60 países. Actualmente la valuación de mercado de la empresa es de unos 55 mil millones de dólares. Por si quieres leer ese número en moneda nacional: $1 billón de pesos (ni sé cómo se escribe). Claro, esa es la valuación “virtual” porque la empresa todavía no es pública y quién sabe cuándo salga a la bolsa.
La idea original de Uber es ofrecer sus servicios a través del smartphone del interesado y, ojo, hacer el cargo directo a la tarjeta de crédito registrada para tal efecto. Hasta ahí todo bien, todo como lo conocemos. Pero, ¿qué pasa ahora que Uber, por lo menos en México, está comenzando a probar con pagos en efectivo?
Todo cambia. No sé si la idea surge de la necesidad de tener más clientes, aquellos que tienen un smartphone pero no tarjeta, después de todo, en un país como este donde la tasa de “bancarización” es de más o menos el 50%, queda la mitad de la población económicamente activa por entrar al mercado de los pagos electrónicos.
Así las cosas, pagar un Uber en efectivo llevaría a varios problemas que, de verdad, no sé cómo la empresa va a sortear.
- No le puedes pedir un “Uber” a quién lo necesite. Es decir, conozco a muchas personas que solicitan el servicio para un tercero. En caso del pago en efectivo, esto ya no funciona pues, precisamente, el tercero necesitaría traer el dinero en la bolsa, entonces, ¿para qué necesita que alguien más se lo pida?
- ¡No tengo cambio! El eterno y fastidioso problema que sucede en todo el país, en cualquier tipo de transacción comercial donde se pague con efectivo. Desde las lujosas tiendas departamentales hasta… el taxi. Así, ese será un gran detalle que de alguna forma tendrá que sortear el chofer y el usuario de Uber.
- Garantía: el posible mal uso de un servicio como Uber se ve de alguna forma limitado ya que los que tenemos una cuenta, está atada a una tarjeta de crédito, que bien o mal, por lo menos tienen nuestra información de contacto y hasta datos bancarios. Quién sabe si para pagar en efectivo tengas que hacer un registro especial o algo adicional. Quién sabe si al pagar en efectivo se preste para otro tipo de “servicios” de los cuales no quedará registro alguno, pues todo es “en cash”.
- Popularización. Hasta el momento, el servicio de Uber ha sido claramente enfocado -por lo menos en México- para un cierto sector de la población que tiene smartphone con plan de datos y tarjeta de crédito. Al moverse al terreno del efectivo, esto cambia pues todos tendrán acceso al servicio. Más usuarios, más demanda, ¿mayores precios? ¿alcanzarán los Ubers? ¿más tarifas dinámicas? Quién sabe.
Estas son sólo algunas de las ideas que se me ocurren después de enterarme del cambio en la forma de pago. Si bien no todo ha sido “miel sobre hojuelas”, el servicio parece que llegó para quedarse (por las buenas o por las malas) a diversas ciudades de México y el mundo. Lo he podido usar aquí en México y en Estados Unidos, con un balance generalmente positivo (sólo que algunos choferes son tan “nuevos” que no tienen la más mínima idea de cómo llegar a lugares populares como el Aeropuerto de la Ciudad de México).
Pero eso, como dicen, es “peccata minuta”. Aquí lo interesante será leer tus comentarios. ¿Estás a favor o en contra de que Uber reciba efectivo? ¿Los clones, pronto también lo harán? Todo está por verse.
(Para nuestros amigos que nos leen de fuera de México, el concepto “pagar con cambio” quiere decir cubrir el importe exacto, con monedas y demás).