Desde hace algunos meses, hemos escuchado sobre diversas situaciones que han demostrado que Uber no ha tenido la mejor de las suertes con su proyecto de vehículos autónomos. Por tal motivo, la compañía de transporte privado ha comprado 169 mil metros cuadrados al este del río Monongahela en Hazelwood (Miuri, Estados Unidos) para construir una ciudad falsa, un circuito de pruebas hiperrealista llamado Almono.
Esto con el fin de que los conductores tengan la posibilidad de entrenarse, así como poner en marcha a sus vehículos autónomos para evaluar de qué manera funcionan y cómo mejorarlos.
Lo que está haciendo Uber es lanzar a maniquíes desde distintas partes para probar la capacidad de reacción de los vehículos y de los conductores. Para una plataforma de tal índole, es primordial comprobar que los choferes estén lo suficientemente bien preparados para circunstancias que estén fuera de sus manos por cuestiones de seguridad.
De manera muy peculiar e interesante, la compañía añadió muñecos de plástico llamados “Pequeño Tim” para que tengan la posibilidad de salir de cualquier parte de la ciudad falsa, cruzar la calle con el verde, aventarse a los autos, de los puentes y los operadores tendrán que estar preparados para evitar accidentes. Pese a que esta idea suene “descabellada”, tiene mucho sentido porque los peatones no siempre siguen los lineamientos de tránsito.
Estos experimentos no pondrán en riesgo a los conductores, pero sí provocarán que se sientan como si estuvieran en un videojuego con un nivel sumamente complicado y avanzado.
Las autoridades estadounidenses están contemplando agregar casi mil 200 metros cuadrados a la ciudad de los maniquíes, donde los operadores entrenarán durante tres semanas antes de permitirles operar los autos en el mundo real.
Todo esto será para que Uber pueda otorgar un mejor servicio y brindar seguridad y comodidad a sus pasajeros porque todavía tiene muchas cosas que mejorar.
¿Qué opinas de esta alternativa?