Uber se ha propuesto eliminar sus emisiones de carbono para 2040, o al menos esas son sus intenciones; no obstante, tiene un serio problema, se llama América Latina.
Desde febrero, la plataforma de transporte ofrece a sus clientes en México la opción “Uber Planet” en la que, por 0.37 centavos adicionales por kilómetro, pueden contribuir a la compra de créditos de carbono para proyectos de reforestación y un parque eólico en Oaxaca para compensar la emisiones causadas por sus trayectos.
¿Entonces dónde queda el compromiso de ser cero emisiones de Uber?
Tesla instaló una fábrica en Alemania para poder surtir de vehículos eléctricos a Uber en Europa, esto significó un golpe a la industria en esa parte del mundo, puesto que en el viejo continente, cada vez se hace más real el compromiso de reducir las emisiones de carbono.
Estados Unidos vive un panorama similar, la evolución de los eléctricos y autónomos está en momentos en los que las compras de autos más amigables con el medio ambiente están a la par de los que consumen combustibles.
¿Uber cero emisiones?
Y es aquí donde viene el contraste, datos de JD Power, sostienen que en México, los vehículos eléctricos e híbridos apenas representan solo el 6.4 por ciento del mercado automotriz.
Situación similar viven otros países de la región, donde la penetración de eléctricos es muy pobre o prácticamente nula.
Cuando a los países y empresas les resulta difícil o caro reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, utilizan compensaciones para cumplir con los objetivos establecidos. Esto permite a los compradores seguir contaminando mientras pagan a otra persona para que tome medidas favorables al clima.
Incluso, el informe climático de Uber del año pasado reconoció que la compañía evitó comprar compensaciones como estrategia principal, en lugar de enfatizar los subsidios para que sus conductores adquieran vehículos menos contaminantes.
Las compensaciones como las impulsadas por Uber se pagan para que sea responsabilidad de otra persona y tienen debilidades, incluidos los desafíos de verificación, indica el informe.
Para nadie es un secreto que los compromisos pactados con el medio ambiente van enfocados en dos aristas, la primera, en efecto, lograr una transición a energías verdes ya que de seguir con este ritmo, las industrias estarían atentando contra sí mismas; y en segundo lugar, que las tendencias de consumo y de ideología exigen mayores compromisos con el planeta. Uber lo sabe.
Otro punto que es o será clave es la compra y venta de créditos de carbono. Uber dio en el blanco, apoya proyectos que podrían funcionar sin este dinero pero que generan rendimiento, entonces la plataforma no solo está contaminando de igual forma con sus trayectos sino que se dio cuenta que existe un negocio bastante rentable que hasta ahora no hace ninguna diferencia.
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