El mundo del software es probablemente el que domina lo que hacemos actualmente en la mayoría de las actividades cotidianas. Podemos preguntarle al asistente del teléfono, vía voz, que nos dé indicaciones de cómo llegar a algún sitio o bien, traducir letreros en idiomas que son incomprensibles muchas veces para nosotros con sólo tomar una foto de estos. Google, por supuesto, ha influido notablemente en estos cambios con su buscador, que probablemente sea el que más se usa en el planeta. Y para plácemes de muchos, Google ha puesto a disposición pública su motor de inteligencia artificial, el cual usa cuando hacemos una búsqueda desde la página oficial de la empresa, entre tantas otras cosas que hace.
Es claro que Google ha trabajado por mucho tiempo en el tema de la inteligencia artificial y está detrás de búsquedas inteligentes, las cuales saquen ventaja de por ejemplo, la visión por computadora. Hoy en día muchas búsquedas de fotografías se hacen comparando imágenes y no “tags” de las mismas, en donde se indique qué elementos tiene una fotografía en particular. La empresa líder en las búsquedas por Internet escribió todo un sistema de aprendizaje llamado TensorFlow, el cual es más rápido, más inteligente y más flexible que las versiones anteriores que Google manejaba. Puede correr en un teléfono inteligente o puede adaptarse a muchos entornos y ambientes. Es pues escalable y es un sistema de aprendizaje de máquinas. En Google se usa TensorFlow para todo, desde reconocimiento del habla en una app de Google hasta buscar fotos en Google Photos. Esta red neuronal permite entrenarse hasta 5 veces más rápidamente que los sistemas de Google de primera generación por lo que hoy en día el progreso acelerado del software es cada vez más notable.
Considerando lo que puede hacer TensorFlow, Google ha decidido que podría tener mucho más impacto si lo pudiese usar la gente fuera de la empresa. Por ello, decidieron abrir el código de TensorFlow, lo cual será una importante contribución a la investigación académica, a los ingenieros, a los programadores e incluso, a quienes simplemente son aficionados a estos temas. Así entonces, en lugar de poner a disposición de los usuarios una serie de artículos técnicos, mejor Google decidió dar el código para que todos puedan trabajar con éste. TensorFlow es más que aprendizaje automático. Puede ser usado por cualquier investigador que intente sacar conclusiones de conjuntos de datos complejos, desde el nálisis de la química de las proteínas hasta los datos que manejan los astrónomos modernos.
Y sí, el aprendizaje de computadoras está apenas en su más tierna infancia. Las computadoras todavía no pueden hacer lo que un niño de cuatro años puede hacer sin ningún esfuerzo. Hay mucho trabajo por hacer pero este paso que Google ha dado será, en definitiva, uno de los más firmes para las próximas generaciones de software, que ya están por llegar.
Referencias: