Este año me ha tocado cubrir la muerte de personajes que de alguna forma han afectado mi vida. En enero falleció Trish Keenan, vocalista de Broadcast: una banda que se podría llamar de culto pero cuya música me ha acompañado en muchos momentos. Luego el 23 de julio, justo el día que me despedía del antiguo horario de mi programa de radio, me tocó cubrir la muerte de Amy Winehouse y dedicarle una transmisión especial. Como bien dice la noticia que publicamos ayer sobre el fallecimiento de Steve Jobs, la muerte de alguien que admiramos o cuya carrera ha tenido un efecto en nuestra vida, tiene un peso particular… casi como si los hubiéramos conocido.
Steve Jobs fue un actor del sector de la tecnología que innovó y creo productos pioneros en diversos mercados. Muchos podrán hablarles de la primera Macintosh, de lo prioritario del diseño en los productos Apple o de la interfaz intuitiva que por siempre caracterizará a la marca. En lo personal puedo decirles que todo esto ha tenido presencia en los equipos que uso o en lo que hago diariamente, pero esta vez quisiera agradecerla a Steve Jobs como dice la canción de ABBA, “Gracias por la música”.
La primera computadora que tuve fue una Dell con Windows 95 (espero que no puedan calcular mi edad con ese dato), y me parece que siempre he encontrado beneficios en el operativo de Microsoft que no se encuentran en una Mac. Sin embargo, podría decirse que yo soy Generación iPod; el dispositivo que pueden ver en la Instagram que ilustra este post es el primero que tuve. Desde entonces volví a tener PC’s con Windows (sólo otro par… una Compaq que traté muy mal y otra Dell que hasta la fecha no me ha fallado ni una sola vez), pero con el tiempo terminé con una Macbook y no sé lo que usaré en el futuro.
En fin, quisiera emparejar mi amor por la tecnología con mi amor por la música, y lo único que puedo hacer es señalar cómo ambas en su momento y a su manera han sido factores que desembocan grandes revoluciones. Podemos hablar del Rock & Roll y la música de los años sesenta y setenta, de las generaciones que a través de la música han traído temas que antes eran tabú, a un plano de aceptación y celebración. Y podemos hablar de cómo la tecnología revoluciona con cada innovación la manera en la que nos comunicamos y la manera en la que nos relacionamos con el mundo y lo compartimos.
A Steve Jobs le tocó revolucionar la industria musical, o por lo menos ser factor clave en el panorama en la que se encuentra actualmente. Gracias a invenciones como iTunes y por supuesto el iPod, muchos de nosotros hemos podido consolidar horas de música en un solo lugar y llevar fácilmente esas memorias con nosotros a todas partes.
El día de hoy iTunes vende más aplicaciones para el iPhone, iPad y iPod Touch, que tracks o discos. E incluso, Apple planteó a la industria musical un modelo de negocios que hasta ahora no la ha salvado de su crisis. Sin embargo el planteamiento de la compañía ha dado pie a dos cosas. La primera, una interfaz y un dispositivo donde los melómanos por siempre encontraremos un hogar o una guarida y a lo mejor hasta un registro de nuestra personalidad. La segunda, que Steve Jobs y todo su equipo abrieron las puertas a un mundo de contenidos digitales, permitiendo que hasta los más tradicionalistas que quieren seguir vendiendo discos físicos y libros impresos, cedan y ofrezcan sus productos en el formato que más le acomoda al nuevo consumidor.
Mi iPhone es casi mi mejor amigo, rara vez abandona mis manos. Tuve y tengo horas y horas en iTunes y en mis iPods (los he descompuesto casi todos), que me han brindado grandes momentos. Por eso hago esta pausa en el día para recordar a Steve Jobs con un videoplaylist que he confeccionado con algunos de los anuncios del iPod en varios de sus modelos. Espero sus comentarios. Los miembros del equipo de unocero.com, también estarán publicando sus pensamientos a lo largo del día.