Esta semana se dio a conocer que Coldplay no colocaría su nuevo álbum, A Head Full of Dreams, en Spotify. A pesar de que esta práctica no es nueva, ya que otros artistas como Adele, The Black Keys, Jack White y Taylor Swift han hecho lo mismo, esta tendencia podría continuar, lo que significaría un impacto importante para el servicio de música a menos que tome medidas para recuperar a los artistas y distribuidores que sienten que les está costando dinero.
Y es que un reporte reciente proveniente de Wall Street Journal detalla algunas discrepancias en la manera en que Spotify administra el pago de regalías a las marcas. En uno de los ejemplos listados, se observa que Victory Records sólo recibió ganancias del 79% de sus reproducciones.
¿Cuánto paga Spotify a los artistas?
La forma en que esto funciona es un poco complicada. La esencia de los pagos está directamente vinculada a los ingresos, los cuales provienen de uno de dos modelos. Para el modelo gratuito, los ingresos se derivan de la publicidad y en el de pago se basan en los ingresos de 10 dólares que cuesta la suscripción mensual.
Spotify entonces paga a los artistas usando una separación de 70/30, en donde el 70% de los ingresos por transmisión van a parar a la marca (y finalmente al artista) y el 30% restante a sus propios bolsillos.
La compañía pone este dinero en una especie de alberca y algorítmicamente ordena qué artista es responsable del porcentaje total de transmisiones. Este porcentaje se toma del total de la alberca y se paga al artista en regalías, o al menos así es como debería de funcionar.
Pero entonces ¿cuál es el problema?
Además de las discrepancias antes mencionadas, las marcas y los artistas argumentan que el modelo gratuito puede ser el principal problema debido a sus pagos más bajos de regalías y que, por esta razón, desean que este modelo desaparezca y que solo exista el de paga mensual, como sucede en Apple Music.
Sin embargo, Spotify argumenta que el servicio gratuito hace que las personas se alejen de la música pirata y les da oportunidad de pagarles indirectamente regalías a los artistas, al mismo tiempo que sirve para que decidan convertirse en suscriptores de paga y así apoyar de mejor manera a los compositores y a las marcas.
A pesar de lo bien que puede llegar a sonar esto, existen reportes que indican que servicios parecidos, como Tidal, ofrece pagos que son cuatro veces mayores que los de Spotify, otra de las razones por las que no suena tan extraño que los artistas estén furiosos con él y que al final podrían llegar a desplazarlo y dejarlo en segundo plano, aunque por ahora sólo el tiempo dirá qué sucede.
Referencia: Wall Street Journal, The Next Web