Hace muchos, pero muchos ayeres —wow, qué viejo me sentí con esa frase—, cuando estaba en sexto grado de primaria y tenía 11 años, fui de viaje escolar a un lugar que en ese tiempo gozaba de mucha popularidad. Se llamaba (y creo que aún existe) Bio Parque Estrella, y se trataba de una especie de parque temático con animales, atracciones naturales y juegos, e incluso algo parecido a un safari. La cuestión es que, después del largo viaje, pues se encuentra muy a las afueras de la ciudad, al llegar me encontré con un lugar que ni de lejos estaba pensado para personas en sillas de ruedas; vaya, y es que ni siquiera se esforzaron un poquito: casi ni había camino pavimentado, ninguna rampa y cientos de escaleras de las que tienen un tronco en la orilla. Recuerdo que para poder ir a la cascada, una de las principales atracciones, primero tuvimos que bajar más de 100 escalones, tramo en el que a mitad de camino quedamos atrapados como por una hora sin saber si seguir o mejor regresar. Bueno, pues South Park: The Stick of Truth es la versión moderna y digital de esa experiencia.
Pero no te confundas, no digo que el juego sea malo como tal, sino que es muy inaccesible. Aquel parque tenía la “excusa” de que en ese tiempo no se pensaba mucho que digamos en las personas con discapacidad. Sin embargo, aun siendo un juego que salió en el 2014, como amante del género de estrategia y combate por turnos, me sorprende las nulas opciones para personalizar tu experiencia dentro de él. Y cuando digo “nulas” lo hago literalmente, ya que ni siquiera te permite cambiar/remapear los controles.
Además de esto, hay varias mecánicas de juego que claramente están pensadas sin la más mínima consideración de que tal vez haya personas que no cuenten con dos manos hábiles. Por ejemplo, en la parte de exploración hay muchas situaciones en las que necesitas usar alguna habilidad, y para hacerlo (en PC) tienes que mantener presionada la tecla “F”, apuntar con el mouse y clickear; ¡vamos, hasta Pokémon Snap del Nintendo 64 que salió en 1999 tenía la opción de mantener la cámara apuntando, lista para tomar fotos, con sólo presionar una vez el botón “Z”!
Y es que ni en los combates se salva, ya que todo se tiene que hacer con el mouse; pero ese es el menor de los males. Hay eventos de tiempo y precisión a cada rato, ya sea para hacer más daño, lanzar una habilidad especial, bloquear ataques, contraatacar o, literalmente, tirarte un pedo. Por supuesto, reconozco mi parte de culpa al no investigar este tipo de cosas antes de comprarlo, confiándome de la etiqueta de su género, y puedo ver que en un todo es un excelente juego… para quienes no tengan limitaciones físicas serias.
Al final, tal vez por venir de una compañía tan grande, me es muy difícil no sentirme decepcionado al encontrarme con un título que tiene tanto humor, carisma y buenas ideas, pero que omite y deja totalmente de lado cosas tan básicas y sencillas. No pretendo que ya no existan las escaleras, que no busquen innovar y hacer más divertido un género; sino que pongan rampas, elevadores y transportes especiales, que nos permitan configurar y adaptar los controles de juego, para así no quedar atrapados en medio de cientos de escalones.