La ciencia funciona de la siguiente manera: alguien propone una idea, que se convierte en una hipótesis de trabajo. Entonces se realizan experimentos y se reportan los resultados. La idea propuesta puede confirmarse o rechazarse, lo que al final de cuentas valida un resultado. Una vez pasada esta etapa, los investigadores normalmente presentan sus resultados en revistas y publicaciones científicas, muchas veces arbitradas, es decir, en donde más de un revisor analiza los artículos enviados y dan su opinión del mismo. Al pasar todas estas pruebas normalmente dicho artículo se publica y entonces otros pueden repetirla experiencia.

Sin embargo, en los últimos años hay preocupación sobre muchos resultados que no se pueden reproducir y que han sido publicados. Este fenómeno puede ser consecuencias de estudios con una pobre metodología o peor aún, que se intente publicar algo cuyo resultado es dudoso o bien que se intente publicar para que los investigadores puedan justificar su trabajo.

Pero tal vez toda esta preocupación está fuera de lugar. Daniele Fanelli, de la Escuela de Economía de Londres, sugiere esto último en la recolección de artículos publicados en los Proceedings of the National Academy of Sciences. Primero, aunque el número de artículos erróneos rechazados ha aumentado, también el número de “journals” que han hecho esto ha aumentado. Tomando en cuenta esto último, el número de artículos rechazados por publicación no ha aumentado.

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Segundo, las investigaciones hechas con dolo (entregando por ejemplo resultados imposibles de repetir), han mostrado que en los Estados Unidos no son más frecuentes que hace 20 años. Sin embargo, se puede medir esta posibilidad en países con políticas más débiles en la publicación de artículos, por ejemplo, en India y China, en donde se reusan imágenes de otros artículos o bien se copian dichas imágenes que no son de la investigación que pretende ser publicada. No obstante, en promedio, no hay evidencia de ningún incremento en esta práctica poco ética.

Así pues, todo parece ser un rumor a voces sobre la veracidad y precisión de la mayoría de los artículos que se publican en ciencias en estos días. Las dudas probablemente surgieron cuando países que antes no publicaban tanto, empezaron a hacerlo, en donde además, de pronto cobraron importancia y de hecho hoy en día se consideran potencias en muchos aspectos científicos, como China o la India.