El Solar Impulse 2, la segunda versión del avión prototipo impulsado por energía solar, completó los primeros dos trayectos de lo que se vislumbra como una travesía histórica: dar la vuelta al mundo sin utilizar una sola gota de combustible.

El proyecto que comandan los suizos Bertrand Piccard y André Borschberg, del cual ya hemos comentado con anterioridad en unocero, es un esfuerzo sin precedentes que intenta crear consciencia sobre el uso de tecnología enfocada a energías renovables, lo cual seguramente, como pone en evidencia el Solar Impulse, representa el futuro de la aviación en términos de sustentabilidad.

El avión voló exitosamente durante 13 horas, desde Abu Dhabi a Omán, y posteriormente retomó el vuelo por espacio de 15 horas para aterrizar en la India el pasado martes 10 de marzo. Entre las paradas que realizará el Solar Impulse en las próximas semanas y meses se encuentran China, Hawai, varias ciudades de Estados Unidos, Europa y África del Norte. Los puntos más críticos de la travesía serán los cruces del Océano Atlántico y Pacífico.

En total serán 12 rutas esparcidas en 25 días de vuelo, desde febrero hasta julio o agosto próximo, cuando se espera que el avión aterrice nuevamente en Abu Dhabi.

El hecho de que un avión piloteado que se valga de la energía del sol para hacer un viaje tan largo, representa todo un logro tecnológico y una ventana de oportunidades a futuro. No sólo es una medida que tendría un impacto positivo en el medio ambiente, sino que también apuntaría a vuelos más seguros y eventualmente menos costosos.

La tecnología implementada se centra en las 17,000 celdas solares que se ubican a lo largo y ancho de las alas del avión para absorber la mayor cantidad de energía solar posible. Los motores eléctricos, que impulsan el avión a unos 45 km/hr, se alimentan de las reservas que acumulan las baterías de polímero de litio. El avión completo no pesa más que un automóvil y por ahora únicamente tiene capacidad para transportar al piloto en solitario.

A Riccard, pionero y visionario que lleva 16 años trabajando en el proyecto, se le recuerda en sus inicios por dar la vuelta al mundo tras 20 horas de vuelo en un globo aerostático en 1999. Posteriormente se asoció con Borschberg, con un objetivo mucho más ambicioso y trascendente. Ambos alternan el pilotaje del avión.

El primer prototipo de Solar Impulse surcó los aires por primera ocasión en 2013, de Silicon Valley hasta Nueva York. Desde entonces, se han realizado numerosas pruebas hasta trazar el objetivo de volar alrededor del mundo.

Referencias: Solar Impulse