Con todo el auge de las redes sociales, nos encontramos vulnerables ante cualquier tipo de situación, sobre todo si exponemos información personal o imágenes que podrían comprometer nuestra integridad personal y moral. Si bien las plataformas han realizado grandes esfuerzos por detener contenidos de esencia ilegal como Facebook, aún quedan muchos cabos sueltos por resolver.

Cuando tocamos estos temas, nos enfrentamos a graves complicaciones y dilemas porque millones de usuarios son los que habitan la red como para estar vigilando a cada uno, aunque, en términos generales, las plataformas son una extensión más de la humanidad; la verdadera problemática radica en la naturaleza de cada individuo, pero las nuevas herramientas tecnológicas han sofisticado todo tipo de estrategia que busca agredir a otros para satisfacer el bien personal.

Una investigación reciente, dio a conocer que Snapchat es una plataforma insegura en cuanto a términos de privacidad, ya que al momento de registrarse cada usuario, hay pocas restricciones o requisitos que comprueben la identidad del futuro miembro.  Además, la aplicación es un albergue para niños y jóvenes que podrían comprometerse con lo que publican o envían a través de conversaciones «privadas».

De acuerdo con Bloomberg, el año pasado, un niño de 13 años Illinois, Estados Unidos, aprendió una vieja y dolorosa lección sobre las relaciones en línea. Después de haber intercambiado mensajes con alguien que aparentaba ser una mujer de 19 años en busca de fotos de niños desnudos, finalmente envió un video de sí mismo en paños menores. Cuando el niño comenzó a sospechar de la situación, intentó interrumpir el contacto, pero la «mujer» lo amenazó asegurando que publicaría su video.

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Ante la situación, el niño recurrió inmediatamente con sus padres, lo que implicó que las autoridades tomaran cartas en el asunto. Cuando encontraron al culpable, el victimario resultó ser un hombre de 24 años de edad de California que había estado utilizando ese tipo de engaños para explotar a otros cinco niños.

No es novedad que muchas de las personas que padecen el trastorno de pedofilia, utilicen redes sociales o aplicaciones de mensajería instantánea para persuadir a menores con el fin de conseguir imágenes o videos explícitos. De acuerdo con las autoridades, las tácticas que empleó el hombre de 24 años se están volviendo cada vez más comunes.

Dado que Snapchat es una aplicación en la que existe la posibilidad de publicar contenidos que desaparezcan en 24 horas, es más sencillo ocultar evidencias para los criminales que operan en estos servicios. En Estados Unidos, hay al menos seis casos penales similares contra pedófilos que utilizaron Snapchat para explotar adolescentes por gratificación sexual. Incluso hay quienes explotan a sus propios hijos por dinero.

Con esta problemática, Snapchat se encuentra realizando esfuerzos para simplificar sus formularios con el fin de denunciar abusos.

«Continuaremos desarrollando nuevas herramientas y prácticas para ayudar a mantener a la comunidad segura», aseguró Noah Edwardsen, portavoz de Snapchat.

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Pese a que la culpa no sea del todo de las redes sociales, es importante que los desarrolladores amplíen sus equipos de seguridad invirtiendo en softwares que puedan ayudar a identificar material problemático que pueda poner en riesgo la identidad e integridad de los usuarios.