En la película Matrix observábamos un dispositivo que era conectado directamente a la cabeza de las personas para que aprendieran nuevas habilidades, y en los últimos años, este mismo concepto se ha llevado a otros filmes de ficción. De hecho, esto ya podría estar convirtiéndose en algo real, gracias al experimento de varios científicos en California.
Desde la creación de las computadoras, una idea ha rondado la mente de miles de personas en el mundo: el deseo de poder cargar en nuestra mente información, como si se tratara de un disco duro. En Matrix, vimos cómo el protagonista, Neo, adquirió diferentes conocimientos, como pelear, en tan solo segundos.
Estos conocimientos fueron transferidos desde una computadora hasta su cerebro. En un principio, se pensaba que en un futuro, nuestro cerebro sería un híbrido con tecnología y así podríamos lograr esa transferencia de datos, pero en la actualidad se está logrando a través de otros métodos.
Durante la guerra, el tiempo es algo de vida o muerte. Soldados bien capacitados pueden significar la victoria de un país. En la Segunda Guerra Mundial, los pilotos de aviones fueron de vital importancia y en la actualidad lo siguen siendo para algunas tareas. Pero ser un piloto experto no puede lograrse de la noche a la mañana; es algo que toma años de capacitación y práctica, o eso es lo que se pensaba.
Un equipo de investigación en California creó una interfaz de estimulación transcraneal de corriente directa. Este dispositivo acelera el aprendizaje y la habilidad de retención en seres humanos.
En nuestro cerebro existen áreas dedicadas para cada destreza, como leer o hablar. De acuerdo a estos científicos cada vez que aprendemos algo nuevo en nuestro cerebro, éste cambia y si se pueden replicar estos cambios en otra persona, podríamos transferir o replicar fácilmente esas habilidades.
El doctor Matthew E. Phillips y su equipo en HRL Laboratories midieron los patrones cerebrales de seis pilotos comerciales y militares mientras éstos utilizaban un simulador de vuelo. Luego, ataron a varios sujetos a otro simulador y estimularon sus cerebros con este dispositivo de corriente transcraneal. Los resultados fueron increíbles.
Según afirma Phillips, el dispositivo mejoró las habilidades de pilotaje al instante de los sujetos que estaban sometidos a prueba y algunos, piloteaban como profesionales. Él cuenta, que involucró a 32 personas en el experimento y estimuló el cerebro de participantes novatos al azar para así evitar el efecto placebo.
Para el doctor Phillips y su equipo, este descubrimiento es un gran avance en los estudios de aprendizaje. La estimulación de baja corriente eléctrica puede modular el aprendizaje y se pueden adquirir habilidades muy complejas en el mundo real.
Pero existen varios problemas con este descubrimiento. El principal de ellos es que enfrenta el escepticismo de la comunidad científica. La compañía que financia el proyecto del doctor Phillips sometió una patente para una interfaz de cerebro-impulso, por lo que muchos científicos piensan que los resultados pueden ser manipulados a beneficio de esta compañía y a su vez, de su patente.
Pero claramente, si se trata de un descubrimiento real, otros científicos podrían replicarlo y es casi un hecho que lo intentarán. Mientras tanto, es la primera esperanza de que en un futuro, podamos adquirir destrezas increíblemente complejas en poco tiempo.