Un nuevo tratamiento implementado en la ciudad de Seattle a cargo del científico estadounidense Stanley Riddell se postula como una posible cura contra el cáncer. Esto derivado de lograr la remisión de los síntomas en el 94% de los casos en pacientes con cáncer terminal.
La OMS refiere que el cáncer es la principal causa de muerte a escala mundial. En 2012 hubo unos 14 millones de nuevos casos y 8.2 millones de muertes relacionadas con esta patología. Se prevé que el número de nuevos casos aumente en aproximadamente un 70% en los próximos 20 años.
El tratamiento se consiguió modificando las propias células del sistema inmunológico de 35 pacientes con diferentes tipos de cáncer en la sangre en estado terminal, obteniendo un 94 por ciento entró en remisión. En otras palabras, los síntomas desaparecieron, lo que no significa que los pacientes estén curados. En un segundo estudio con más de 40 pacientes de linfoma, el 50 por ciento logró remisión.
Y en un grupo de pacientes con linfoma no hodgkiniano, el 80 por ciento respondió al tratamiento, presentando una reducción de síntomas.
“Estamos hablando de enfermos en los que ya no funcionaba ningún tratamiento. La mayoría de nuestros pacientes tenían expectativas de vida de entre dos y cinco meses”, dijo Riddell.
La terapia modifica mediante ingeniería genética a células del sistema inmunológico llamadas linfocitos T que coordinan la respuesta inmune celular. Los científicos las extrajeron de los pacientes y les adjuntaron moléculas receptoras que reconocen como blanco un tipo específico de cáncer, luego fueron luego reintroducidas en el paciente.
Las moléculas se denominan receptores de antígenos quiméricos, chimeric antigen receptors o CARs por sus siglas en inglés, y reducen la capacidad del cáncer de defenderse del sistema inmunológico. “Esencialmente lo que hace esta técnica es reprogramar genéticamente a las células T para buscar, reconocer y destruir las células cancerosas”.
Cabe destacar que esta terapia se encuentra en fase experimental, el propio Riddell advirtió que “hay razones para ser optimistas y razones para ser pesimistas”. Uno de los próximos pasos será realizar nuevos estudios con dosis más reducidas de linfocitos T modificados para evitar el riesgo de efectos secundarios. También advirtió que aún no está claro durante cuánto tiempo los pacientes seguirán en remisión.
“Aún tenemos un largo camino por recorrer”, agrego.
Hasta ahora los estudios se han limitado además a cánceres en la sangre pero se espera probar la terapia en pacientes con tumores sólidos, como el cáncer de mama.
A continuación un vídeo que muestra como las células T entran en acción.
Referencia: BBC, EurekAlert