Investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han desarrollado sensores luminosos capaces de identificar moléculas de interés biológico para el diagnóstico de diversas enfermedades como la diabetes tipo 2.
La diabetes es una de las enfermedades con mayor incidencia a nivel mundial, se estima que afecta a 383 millones de personas. México es uno de los países más vulnerables, ya que se calcula que entre 6’6 y 10 millones de personas la padecen, de acuerdo con datos de la Federación Internacional de Diabetes.
“Nosotros diseñamos, estudiamos y buscamos aplicaciones para nuevas moléculas con dos propiedades básicas. Primero que tienen cualidades fotofísicas interesantes, color o son fluorescentes; y la segunda que tienen la capacidad de asociarse con moléculas de importancia biológica”, dijo Alejandro Dorazco Gonzále, responsable de la investigación.
Entre esas moléculas se encuentran los nucleótidos, los aniones o moléculas más complejas como hemoglobina glucosilada, las cuales son indicadores químicos de síndromes metabólicos como la diabetes mellitus.
“Nosotros sintetizamos las moléculas en el laboratorio y estudiamos su asociación con esas moléculas, y ya en la recta final tratamos de dar una aplicación que derive en nuevas tecnologías químicas que permitan detectar, capturar e identificar selectivamente las especies de importancia biológica, en este caso, la diabetes mellitus tipo 2”.
Hasta el momento los científicos han logrado el desarrollo de sensores para hemoglobina glucosilada, yoduro, nucleótidos, principalmente ATP (molécula central en la bioenergética de los sistemas biológicos); asimismo, en el desarrollo de sensores para cloruro o aniones orgánicos sencillos que tienen importancia biológica.
“En los resultados preliminares comprobamos el análisis, control, diagnóstico de enfermedades en forma muy sencilla y más barata en comparación con las que existen actualmente”.
Todas las moléculas tienen forma y tienen cargas, no son simplemente algunas pelotas o bolas, sino que todas tienen una forma determinada y una carga. Partiendo de ello, los investigadores fijamos una meta en torno a qué moléculas de interés biológico querian detectar o capturar, a partir de esto, diseñaron nuevas moléculas en el laboratorio a través de síntesis molecular o reacciones basadas en química inorgánica y orgánica.
“El primer paso es hacer las reacciones, después analizarlas para definir que realmente están puras y que funcionan; el siguiente paso consiste en estudiar su asociación por medios fotofísicos, por ejemplo absorbancia de UV visible o fluorescencia”.
Dichas moléculas tienen color o emiten luz de ciertas características y cuando son puestas ante la presencia de las moléculas de interés, cambian su color o su emisión de luz. “Eso nos permite cuantificar en forma confiable la cantidad del analito de interés o el indicador que nos interesa y su presencia también”.
Otra gran ventaja, agregó, radica en la posibilidad de llevar estas nuevas técnicas analíticas desarrolladas en México a lugares donde no hay grandes equipos ni grandes laboratorios para diagnosticar o controlar cierto tipo de enfermedades, entre ellas la diabetes tipo 2.
Referencia: Conacyt