Dicen que echando a perder se aprende. Pero cuando echar a perder se vuelve un hábito, o peor aún, una industria lucrativa, es difícil corregir el rumbo. De alguna manera, este es el caso de SeaWorld.
La cadena estadounidense de parques de entretenimiento, que exhibe animales marinos en cautiverio desde 1959 y a la que muchos recuerdan como la casa de la popular orca Shamú, se encuentra en serios aprietos financieros luego de perder más de 1 millón de visitantes en el último año, periodo en el que sus acciones han caído en un 40%, se perdieron importantes socios comerciales como Virgin Airlines y Miami Dolphins, se despidió a más de 300 empleados entre sus 11 sedes, y continúa sin CEO luego que Jim Atchinson renunciara en diciembre pasado.
Esta serie de acontecimientos desafortunados ocurrió a raíz de la publicación de “Blackfish” (2013), un documental de la ex entrenadora Gabriela Cowperthwaite que ha generado presión y protestas sociales al sacar a la luz el daño físico y psicológico que sufren las llamadas ballenas asesinas, confinadas a pequeños estanques y obligadas a rutinas circenses para el entretenimiento de los visitantes.
Ante la avalancha que se les vino encima, SeaWorld trató de desestimar el documental por todos los medios, incluso con campañas de desprestigio que evidentemente no dieron resultado, pues el conflicto ambiental y social es demasiado evidente.
Ahora, el parque ha cambiado de estrategia, y quizá su último as bajo la manga ante la actual situación es Blue World Project.
De entrada, SeaWorld San Diego puso en marcha la construcción de un nuevo estanque para las orcas, el cual tendrá capacidad para 10 millones de galones de agua, casi dos veces más grande que el actual, y estará decorado con rocas, plantas y paisajes marinos. Se implementará un sistema de bombeo de agua para simular la fuerza de las corrientes marítimas y que los mamíferos se muevan más. El público tendrá acceso a lo profundo del estanque a través de corredores, en lo que sin duda ofrecerá una vista espectacular.
Algunas fuentes mencionan una inversión de 300 millones de dólares para Blue World Project, aunque SeaWorld no ha hecho ningún comunicado oficial al respecto. La primera fase del proyecto concluirá en 2018, para luego ampliarse a las sedes de San Antonio y Orlando.
Quizá las orcas estén a partir de 2018 en mejores condiciones, pero aún en cautiverio y en un hábitat que va en contra de su naturaleza, razón principal de las protestas que están amenazando el futuro de estos parques. SeaWorld pretende utilizar toda esta tecnología y nuevas instalaciones para cambiar la percepción del público, pero el problema de raíz sigue latente.