Parece que la FIFA ha comenzado a sanar. Y lo que viene en términos de apertura y experimentación de nuevas tecnologías es parte de ese necesario proceso de reconstrucción.
Tras la reciente salida de Joseph Blatter, que marcó su despedida como dirigente del organismo en medio de un penoso escándalo de corrupción (uno más), Gianni Infantino promete un cambio en la manera de hacer las cosas. El nuevo presidente de la FIFA dice reconocer la necesidad de involucrar aplicaciones reales de tecnología al juego más popular del planeta.
En años recientes se le han dado muchas vueltas al asunto, sin resolver absolutamente nada. La diferencia ahora es que es el propio mandamás del organismo quien marca la pauta.
Específicamente, Infantino apunta a la repetición instantánea como apoyo a los árbitros para corregir equivocaciones evidentes de marcaje, situaciones cotidianas que podemos atestiguar en cualquier partido, como tarjetas inexistentes, penales mal marcados, goles anulados por error o agresiones no vistas, por mencionar algunos ejemplos. Por fin, alguien en las alturas tiene el valor de, al menos, reconocer que hay una gran área para mejorar el espectáculo deportivo en ese sentido.
“Una de las peculiaridades del futbol es el ritmo del juego. No se detiene, como muchos otros deportes, en los que hay tiempo para revisar un video o cosas así. El futbol fluye, el árbitro es quien toma las decisiones importantes, y tenemos que ver qué tipo de impacto podría tener la tecnología y garantizar el flujo del juego”, aseguró Infantino en una entrevista publicada en el sitio oficial de la FIFA.
“Tenemos que ver cómo puede ayudar la tecnología. Debemos comenzar a hacer estas pruebas pronto”.
Que el titular de la FIFA haga una declaración así es lo más cercano a una promesa; es, al menos en palabras, la intención de buscar una solución real, algo que Blatter nunca hizo.
Lo que más preocupa a autoridades, instituciones y jugadores es mantener la esencia del deporte a pesar de la tecnología. En otras palabras, que una revisión en video no interrumpa o afecte el ritmo del juego. ¿Qué tal un juez en cabina con apoyo de video, que pueda comunicarse directamente con el árbitro central? ¿Por qué no promover el castigo a jugadores que finjan faltas o lesiones para comerse minutos del reloj? Contemos las veces que se detiene un partido por “clavados” o reclamos. ¿No valdría la pena tomarse algunos de esos segundos perdidos para rectificar una marcación errónea que pueda cambiar el rumbo del encuentro?
Las palabras de Infantino parecen genuinas. Pero también es cierto que el camino hacia una implementación real de la tecnología para asistir al arbitraje está lleno de obstáculos. El reto no es crear un sistema efectivo de repetición instantánea. El verdadero reto de la “nueva” FIFA es cambiar la cultura de este deporte.
Referencias: FIFA, TheGuardian