Uno pensaría que las grandes empresas en el mercado de la telefonía inteligente compiten duramente para hacerse de más clientes. Sin embargo, esta supuesta competencia es en realidad un argumento de la imaginación del público. La verdad es que las compañías, dentro del nicho tecnológico, se reparten simplemente un pastel, que son los consumidores y nadie está en una batalla campal en ese sentido.
El ejemplo más evidente es el procesador A9 de Apple, que es mucho más rápido que el antecesor A8, que lo fabrica Samsung y TSMC. De hecho, hay dos chips A9. El de Samsung (APL0898) y el TSMC (APL1022). Por mucho tiempo hubo rumores de que el chip A8 estaba fabricado por las mismas dos empresas mencionadas, pero ahora tenemos una prueba visual: iPhone y iPad comparten el procesador A7, éste hecho en exclusiva por Samsung.
Es claro que la empresa de la manzana adquiere las partes para sus productos de varias empresas, incluyendo la memoria RAM y Flash. Pero el componente más importante es sin duda el procesador, pues es el que le da el desempeño y las posibilidad de cada vez menos consumo de energía. Los procesadores A9 de las compañías que hemos mencionado claramente son diferentes por ejemplo, en tamaño.
No hay aún una confirmación plena de que estos chips de la fotografía son hechos por Samsung o TSMC, pero parece ser claro que un teléfono más grande probablemente requiera de un chip más grande en tamaño. Sin embargo, esto no quiere decir que todos los teléfonos de Apple con los chips A9 tengan que ser de un tamaño en particular. Es más, en algunas pruebas de los iPhone 6S y 6S plus, no se halló diferencia significativa en velocidad o incluso, en el calentamiento de los chips.
Referencias:
(*) Foto, cortesía de ChipWorks