En unocero hemos promovido la programación como algo más que aplicaciones que deben hacer algo útil. La programación lúdica busca de alguna forma promover el arte de la programación y sé que en nuestro país (y más allá), hay muchísimas aplicaciones que merecen ser conocidas por los demás.
Por ello, en esta ocasión no lanzaré un reto lúdico en particular, sino que abriremos las posibilidades para que cada concursante nos envíe su mejor aplicación, su mejor programa, para la plataforma Windows nada más (por el momento). ¿Hay alguien que haya escrito un editor de imágenes mejor que los que conocemos y que usamos tradicionalmente? ¿Hay quizás por ahí un editor de textos que corrija de mejor manera la ortografía? ¿Hay tal vez bibliotecas de funciones para un tema particular que hace que trabajar con ellas haga las tareas más fáciles y rápidas? Vamos, ¿qué aplicación me puedes mostrar, programador/programadora, de la cual puedas sentirte orgulloso/a?
Obviamente como no hay una temática particular, en las aplicaciones que sean enviadas los criterios para «calificarlas» pueden ser variados y no necesariamente funcionales en todos los programas, sin embargo, trataremos de ser lo más justos posibles. Los criterios de calificación se basarán en i. la originalidad de la aplicación; ii. la funcionalidad de la misma; iii. el valor del problema que ataca y que resuelve; iv. las limitaciones inherentes a cada programa; v. la interfaz con el usuario y su «usabilidad».
Los que estén interesados deberán mandar sus programas a morsa@la-morsa.com. Junto con un grupo de «personalidades» de unocero, evaluaremos las aplicaciones y decidiremos quién merece el premio. Si hay más de una que valga la pena, entonces se otorgará más de un premio. En caso de resultar ganador, se deberá entregar el código fuente para compartirlo con la comunidad. Digamos que la idea es promover la creación de software y además, hacer que ésta sea de código abierto. Si el autor decide no poner su código accesible, perderá su premio.
El premio es una taza de La_Morsa para aquel que gane y que viva en la Ciudad de México. En caso de que el ganador se encuentre en provincia, se le mandará un USB de al menos 8 o 16 GB, porque mandar una taza por mensajería es estúpidamente costoso. Aún así, si el ganador quiere la taza y absorbe el costo del envío, pues se le manda.
Hay que decir que este concurso es de buena fe. Se trata de encontrar quién resuelva de manera más satisfactoria el reto planteado. No hay «mano negra» ni «ganador pre-designado». Vamos, que se trata de un concurso en buena lid.
Así que ¡manos a la obra, digo, al teclado! Muéstrenos sus mejores obras, enséñenos las capacidades que tenemos como programadores. Los estamos esperando.