Los conservacionistas británicos han restaurado una computadora (mainframe) que tiene 50 años de antigüedad y está ya en condiciones de funcionar. Ahora se busca completar el trabajo recobrando todo el software que corría en esa máquina. La computadora ICT1301, conocida como Flossie, es una de las cuatro de este tipo que quedan en el mundo y es solamente la segunda generación de mainframes británicos.
Flossie le costó a la Universidad de Londres 250,000 libras esterlinas (el equivalente a 4.2 millones de libras) en 1962. Se utilizó en una primera fase de su vida útil analizando los exámenes GCE, mandando a impresión los resultados en la primera impresora comercial que existió propiamente. Y entre esos tiempos muertos, la máquina se usó para llevar las labores administrativas y de contabilidad de la universidad mencionada.
Cuando la computadora no halló más usos para Flossie, al inicio de los años setentas, la vendió a un grupo de estudiantes por 200 libras, quienes la usaron en una aventura comercial dando servicios de cómputo. El siguiente propietario fue Roger Holmes, quien la compró por 150 libras y se la llevó a una granja en Kent. Sin embargo, habiendo sido rearmada, no se usó más en los siguientes 25 años. Fue hasta que Rod Brown, quien fue ingeniero en ICT (después ICL), contactó con Roger Holmes para restaurar a Flossie.
Había dos propósitos en este trabajo: por una parte, recobrar el software almacenado en unas 100,000 tarjetas perforadas y unas 27 cintas magnéticas, las cuales debían ser regrabadas en equipos modernos; Por otro lado, se quería poder mostrar la computadora de esos años sesentas al público en general. El proyecto empezó en el 2004 y el video a continuación muestra su operación en el 2009.
Flossie ha hecho algunas apariciones en la televisión inglesa, particularmente en la serie de la BBC Doctor Who. También hizo un cameo en el filme de James Bond, “The Man with the Golden Gun”.
Se considera que se han invertido 2500 horas hombres en el proyecto de recuperar el software y estiman que necesitarán otros seis meses más para completarlo. Sin embargo, ahora tienen un problema: necesitan una nueva casa para Flossie. Roger Holmes, quien es miembro de la Computer Preservation Society (Sociedad para la preservación del cómputo) le dijo a un periódico inglés: “la tecnología de esta máquina necesita ser conocida por razones arqueológicas. Los fundamentos de la industria del cómputo británica se basa en muchos sentidos en este equipo. Es importante que esté disponible para las futuras generaciones. Sería muy agradable si ésta termina en el Museo de Ciencias o en Bletchley Park”.
Referencias: