Para muchos de los lectores de unocero, probablemente las siglas PDP-10 no signifiquen nada, pero en su momento fue una de las primeras minicomputadoras que tuvo un gran éxito en muchísimos mercados, incluyendo -desde luego- el de las universidades. Sin embargo, como muchas empresas, salieron del mercado al no poder seguir el ritmo de la tecnología, o ser compradas en algunos casos por empresas más grandes (por ejemplo, Digital Equipment Corporation (DEC), la que fabricaba las PDPs, se vendió a Compaq en el 2002). Hoy hay quienes buscan restaurar y echar a andar equipos viejos, como para quizás probar que somos muy buenos para desechar lo que todavía sirve. Tal vez habría que verlo como una lección sobre el uso de las cosas.
La PDP-10 tenía un panel de control con un número de foquitos que se prendían o apagaban de acuerdo al estado de la máquina. Esto sin duda tenía su atractivo y Jörg, un apasionado del equipo “vintage”, decidió comprar una vieja PDP y repararla, haciéndola funcional usando para esto una tarjeta moderna, una BeagleBone.
La consola que consiguió Jörg es tan vieja que sus paneles de acrílico están cubiertos con suciedad, pegada a los mismos. Después de lavar dichos paneles, encontró que algunos de ellos se veían peor después de haberse lavado, como si fuesen pinturas de óleo dañadas, viejas. Sin embargo, se aplicó para limpiar cuidadosamente la superficie de los paneles por más de dos semanas. Esto es una lección importante de las máquinas antiguas: se están cayendo a pedazos, literalmente, incluso algunas que hay en los museos de computación.
Una vez que pudo limpiar el panel frontal, Jörg prestó atención a las características del mismo. Decidió cambiar los pequeños foquitos por LEDs y los botones fueron también reemplazados. El panel entonces se conectó a un BlinkenBone, con un unorme cantidad de cables y el simulador SIMH instalado. Esto convirtió a la consola en una PDP-10 completa y trabajando, sin tener que usar la enorme cantidad de kilowatts de potencia que usaba, amén de tener que ponerla en un cuarto refrigerado. Esta no es la primera vez que Jörg usa un BeagleBone y equipo viejo de DEC. Antes había conectado el panel frontal de una PDP-11 con uno de estos adaptadores para correr el mismo software.
En realidad, la labor de Jörg es una afición divertida en la que interviene el entender algo de la electrónica de hace más de 20 años, además de poderla conectar con tarjetas o simuladores de equipos antiguos en tarjetas que literalmente ocupan poca energía, casi nada con respecto a lo que usaban esos equipos.
Referencias: