Desde mucho antes de que comenzaran los rumores acerca de una supuesta BlackBerry con sistema operativo Android dije que, si es que la compañía canadiense quería recuperar un poco de todo lo perdido en el mercado de los smartphones, tendría que apostar por otro sistema operativo para sus dispositivos debido a la poca adopción, y sobre todo interés, que los desarrolladores habían mostrado por BlackBerry 10. Es por eso que, en cuanto comenzaron los rumores acerca de lo que semanas más tarde se convertiría en la BlackBerry Priv, quise probar el dispositivo.
Y es que, al igual que muchas personas que actualmente son mayores de 25 años de edad, mi primer acercamiento con un smartphone fue a través de un dispositivo BlackBerry y, la verdad, es que para haber sido finales de la primera década de los 2000 la experiencia había sido bastante satisfactoria. Después de un par de años con dispositivos Curve y Torch opté por cambiar de plataforma hasta que, en 2013, probé la “flamante” Z10 con el “novedoso” sistema operativo BlackBerry 10 y fue ahí en donde me di cuenta que las otras plataformas le llevaban años luz de ventaja a la compañía canadiense.
Es por eso que ahora tenía tantas ganas de probar un dispositivo fabricado con la calidad de BlackBerry en cuestión de hardware y ver cómo era la integración con un sistema operativo más que probado y que ofrece una serie de posibilidades que, a primera instancia, podrían no parecer compatibles con un dispositivo como la Priv.
Esta fue mi experiencia tras usar la BlackBerry Priv por varias semanas.
Sistema operativo
Al ser el principal atractivo y diferenciador de este smartphone de BlackBerry con respecto a otros celulares de la categoría, el sistema operativo cobra especial importancia y más a la hora en la que convergen funciones nativas de Android con otras que BlackBerry ha venido impulsando, como es el caso de su Hub o de aplicaciones de seguridad.
Empecemos por decir que, sorprendentemente, la Priv cuenta con un Android Lollipop casi puro (recientemente se anunció que estará disponible la actualización a Marshmallow), ya que sólo se agregan funciones específicas que hacen que funcione el Hub y algunas aplicaciones nativas, como BlackBerry Messenger o las opciones tradicionales de la compañía canadiense que se refieren a administración de contactos o calendario.
Menciono que sorprendentemente porque, a pesar de que BlackBerry tuvo la oportunidad de personalizarlo a sus anchas para crear una experiencia exclusiva como intentan hacer otras compañías con sus capas de Android, la empresa canadiense decidió respetar casi en su totalidad al sistema operativo de Google, lo cual se agradece bastante ya que no encuentras aplicaciones y juegos extraños que difícilmente usan los usuarios y que sólo ocupan espacio de memoria.
Un punto que, personalmente, me interesaba bastante, era saber cómo es que convivían apps nativas de BlackBerry, como su plataforma de correo electrónico, con apps nativas de Android, como es el caso de Gmail. En cada celular que utilizo tengo al menos tres cuentas de Gmail sincronizadas y que uso de manera permanente, la de unocero y dos personales que uso para distintos aspectos, es por eso que decidí dar de alta las tres cuentas en la app de Gmail y en la app nativa de BlackBerry para aprovechar las ventajas del Hub. Esta no fue una buena idea.
Y es que hay momentos del día en los que recibo una gran cantidad de correos electrónicos, por lo que cada que me llegaba uno sonaba la notificación del Hub… y también la de Gmail. Al paso de los días esto se convirtió en una auténtica lata, por lo que opté por silenciar las notificaciones de Gmail y así evitar saturarme de dobles notificaciones.
Hardware
Algo que siempre ha tenido BlackBerry y que más de una compañía fabricante envidia, nos guste o no, es la calidad de sus dispositivos en materia de hardware y la Priv no es la excepción.
Desde el primer momento en el que se tiene el smartphone en las manos se puede percibir un celular resistente, macizo y bien construido. Contrario a como ocurre con el 99% de los smartphones que actualmente hay en el mercado y con los cuales no hay mucha interacción más allá de la pantalla táctil y uno que otro sensor, con la Priv hay mucho contacto gracias a su teclado deslizable que se despliega en numerosas ocasiones a lo largo de un día de uso constante.
Y es que, además del sistema operativo Android con el que está equipada la Priv, el otro punto que destaca en cuanto se tiene el dispositivo en las manos es la presencia de un teclado físico deslizable, es por eso que, aunque también se puede utilizar el teclado virtual y olvidarse del físico, me obligué a usar el teclado QWERTY con el que está equipada la Priv y que, además de sus funciones de escribir, también sirve para deslizarse de arriba a abajo y de manera lateral en las pantallas gracias a los sensores táctiles con los que cuenta.
He de confesar que hace años, cuando volví a utilizar un teclado físico en la BlackBerry Q10, me di cuenta que extrañaba un teclado físico y la facilidad de escribir que representa; sin embargo, con la Priv no me pasó lo mismo después de casi tres años de usar exclusivamente teclados virtuales. Me costó trabajo volver a acostumbrarme a un teclado físico en el que poner acentos, usar signos de puntuación e incluso emojis implica apretar más de una tecla y presionar opciones virtuales. Fuera de mis problemas de adaptación, la consistencia del teclado es bastante resistente y aguanta cualquier condición de uso que se le pueda dar.
Batería
Un gran acierto que puede presumir la BlackBerry Priv es su resistente batería de 3,410 mAh que es más que suficiente para soportar un día completo de uso que implique llamadas, mensajes, redes sociales, consulta de correos electrónicos, ver videos en distintas plataformas y hasta para compartir Internet a otros dispositivos.
Un punto que podría no gustar a más de un usuario es el hecho de que es una batería no removible, por lo que las únicas opciones de carga son a través de una toma de corriente o de una batería externa, aunque es muy difícil que sea necesaria esta carga si el teléfono se carga en su totalidad durante la noche.
Cámara
La BlackBerry Priv está equipada con una cámara trasera de 18 mp con un lente de 27mm, apertura de f/2.2, auto-focus y capacidad de grabar video a hasta 2160p. Con estas especificaciones uno esperaría que las imágenes capturadas con este dispositivo fueran de excelente calidad y que no tuviera problemas en condiciones adversas de iluminación; sin embargo no es así.
En condiciones de buena iluminación el lente fabricado por la compañía Schneider-Kreuznach no sufre y logra muy buenas capturas, sobre todo apoyándose con el enfoque manual directo desde la pantalla; sin embargo, cuando se está en interiores y sin mucha luz la Priv sufre y sufre bastante ya que ni moviendo la configuración de la cámara se logran obtener imágenes que uno esperaría capturar con un smartphone de gama alta.
En cuanto a su cámara frontal, BlackBerry va en contra de la tendencia de cámaras superiores a los 5mp para capturar excelentes selfies y más que decentes videos frontales para videollamadas, ya que la Priv “sólo” tiene un lente de 2mp… como en los celulares de 2014. Esta calidad de cámara queda evidenciada a la hora de sacarse selfies.
En conclusión, las cámaras de la BlackBerry Priv son una importante área de oportunidad para un hipotético segundo modelo del dispositivo, si es que lo hay.
Conclusiones
En general, el dispositivo fabricado por lo que fuera Research in Motion cumple con las expectativas esperadas de un smartphone de gama alta; sin embargo, tampoco es que tenga ese componente sobresaliente que emocione a los usuarios y que los mantenga impacientes por contar con dicha terminal.
Me da la sensación de que incluso BlackBerry tampoco sentía dicha emoción por el lanzamiento de la Priv y mis motivos son muy sencillos: ni en Estados Unidos, ni en Reino Unido (en donde empezó la venta a nivel mundial), ni en México hubo un evento oficial de presentación. Basta con recordar las majestuosas presentaciones que realizó BlackBerry en su momento para la Z10 o la Q10 a nivel mundial para darse cuenta que la emoción por la Priv no era desmedida. Me parece que un smartphone en el que se tienen tantas esperanzas merece un trato mucho más decoroso que una muy, pero muy discreta puesta a la venta.
Y hablando de ventas, el precio con el que llegó al mercado internacional (749 dólares) tampoco es el más accesible. A México llegó con un precio cercano a los 16,000 pesos, lo cual podría ser un inconveniente menor de no ser porque no está a la venta con operadoras telefónicas, es decir, para hacerse con la BlackBerry hay que desembolsar 15,863 pesos de golpe o, en el mejor de los casos, pagarla a 12 meses sin intereses a través de Amazon México. Un lujo que no todos los usuarios se pueden dar.