La tecnología se mueve por caminos que en ocasiones resultan generosos en oportunidades para todos, y que fructifican con el tiempo, pero en otros momentos, las cosas no salen tan bien y entonces se abandonan proyectos, con la subsecuentes pérdidas. Por ejemplo, pensemos en las televisiones 3D, en toda esta tecnología que de pronto acaparó la atención de todo el mundo, de las ferias internacionales más importantes para que a la larga no terminara por pegar estas imágenes 3D. Hoy podríamos decir que fue simple lo que pasó: en muchos años de entender cómo vemos en tres dimensiones, las televisiones siguieron sin poder quitarnos los anteojos para simularla.
Hoy la moda parecen ser el “wearable computing”, es decir, dispositivos que cargamos en nuestro cuerpo, como pueden ser relojes, anillos, pulseras, collares, sombreros, etcétera y que hacen alguna tarea, son como pequeñas computadoras de uso específico. Ahora con la miniaturización y el empuje de los microcontroladores, el wearable computing está más cerca que nunca. Ahora ya se empiezan a ver relojes que se ligan a los teléfonos celulares o mejor aún (para algunos), que sustituyen al teléfono inteligente. La idea parece ser notable y además, ya empiezan a verse apps para ser usadas en esos relojes. De pronto en la muñeca tendremos a un asistente electrónico y además, posibilidad de conectarnos a nuestro teléfono móviol o incluso, usar el reloj como teléfono.
¿Funcionará esa idea? En mi opinión sí, o al menos, hay mucha expectativas que las cosas funcionen. Vamos, que la conexión telefónica inteligente es algo que llegó para quedarse. Igualmente hemos visto otros dispositivos para la muñeca (con incluso un sensor para el pecho, por ejemplo), para ejercitarse, para salir a correr. Aparentemente el futuro indica que un solo dispositivo tendrá el control de todo esto. Y si creen que estoy viendo la bola de cristal, pues no, veo lo que me parece evidente. Veo cómo los teléfonos le arrancaron de las manos, literalmente, el mercado a las Palm, que se durmieron en sus laureles y por no responder a tiempo terminó desapareciendo, bueno, siendo vendida a HP que parece ser, no ha hecho el mejor de los negocios con esta compra millonaria.
Los relojes inteligentes empezarán a llamar cada vez más la atención. Si hoy en día alguien ya tiene uno, será la gran novedad, pero como se mueven las cosas en tecnología, es probable que a fin de año ya empiecen a venderse relojes inteligentes por parte de diversas marcas.
Para los programadores esto puede pensarse como una buena noticia, aunque evidentemente, tendrán que aprender cómo programar estos nuevos dispositivos y qué tanta cosa le pondrán los fabricantes. No olvidemos que finalmente un reloj inteligente será como lo es un teléfono de estos: una pequeña computadora con una cantidad de beneficios y posibilidades asombrosas.
En mi opinión, el futuro se ve mejor que nunca, al menos en términos de electrónica para el consumidor final.Ya veremos si me equivoqué o no. Tiempo al tiempo.