El sonido habitual del despertador o el clásico sonido del teléfono, el “ring” conocido por todos, ha sido sujeto de derechos de autor por una empresa brasileña, quien ha querido registrarlo para que de alguna manera se identifique con una marca. Sin embargo, la Corte General Europea ha decidido que dicho registro no procede.
En el 2014 la compañía Mundo Globo aplicó el registro del sonido del “ring-ring” para la diseminación de la información electrónica, oral o por cualquier forma de dispositivo de televisión, lo que incluye a todos los aparatos electrónicos y a las representaciones que se puedan hacer de estos datos.
Pero al EUIPO (European Union Intellectual Property Office) rechazó el registro indicando que no tenía un “carácter distintivo” y que el sonido era “banal y lugar común”, por lo que en general el escucharlo no se relacionaría necesariamente con la marca en cuestión y que no sería recordado por el consumidor.
Globo, la compañía de medios más grande en América Latina, apeló a la decisión en la Corte General Europea, la cual de nuevo indicó que el sonido e muy aburrido para registrarlo.
La Corte indicó que un sonido distintivo puede ser registrado si puede darse una representación gráfica del mismo. Sin embargo, debido a que el sonido del teléfono es tan familiar y universal, se decidió que en la Unión Europea la gente sería “incapaz -sin conocimiento previo- de identificar dicho sonido como indicativo de los bienes y servicios que podría dar la empresa Globo”. Es más, la Corte desechó el doble sonido Ring-Ring por las mismas razones.
Lo que parece más importante es mostrar a la empresas y a todo aquel que quiera registrar algo, que debe haber argumentos de peso y no meras ganas de sacar ventaja de un sonido que es identificable desde hace muchísimos años.
Si se aceptaran este tipo de registros ya un número de personas o empresas habrían llegado con la idea de registrar el volante redondo, o las llantas redondas de un automóvil, o cualquier cosa cotidiana, con la intención de sacar ventaja.
Referencias: Ars Technica