En estos últimos años hemos visto proliferar las bandas de salud, que no son otra cosa que dispositivos que se ponen en la muñeca del usuario y que miden los pasos que uno da, la calidad del sueño, el ritmo cardiaco, entre algunas de las más populares posibilidades.
La banda que yo tengo curiosamente me muestra lo bien que he dormido mostrándome el asunto en una gráfica que puede visualizarse en mi teléfono celular. Sin embargo, habría que ser más quisquilloso con estas mediciones porque no necesariamente son correctas.
Para empezar, aclaremos que estas bandas no analizan realmente nuestro dormir. El Dr. W. Christopher Winter, un especialista en medicina del sueño y neurología, así como autor del libro “The Sleep Solution”, dice que él ha usado varias marcas diferentes de estos gadgets y que ninguno pudo identificar las etapas diferentes del sueño (como el REM – Rapid Eye Movement, por ejemplo).
Lo que básicamente hace esta función del sueño es monitorear el movimiento. Hay de hecho apps como Sleep Cycle y Sleep, que detectan cuando uno se mueve en la cama o bien escuchando los ruidos que la persona hace en la noche.
Esto sería parecido a dormir con alguien y que se despertara cuando roncamos, cuando nos dejamos de mover por lapsos largos en la cama, etcétera, y que a partir de ahí nos dijera si dormimos bien o no.
Y es que Winter dice que dormir no es lo mismo que no moverse. Los laboratorios de medición del sueño miden la respiración, el movimiento de los ojos y la actividad cerebral. Así que cuando la app de la banda o la app particular nos dicen que dormimos ligeramente o profundamente, no hay una manera real de saber esto.
Es más, moverse en la cama es algo que la mayoría de la gente hace, además de despertarse un par de veces, es lo normal. Muchas veces incluso no recordamos que nos despertamos o que nos movimos de repente. De esta manera, lo que diga el dispositivo no hay que tomarlo muy en serio. Lo que verdaderamente importante es que uno se sienta descansado.
Sin embargo, una banda de salud puede ser un dispositivo interesante para detectar patrones de sueño a lo largo del tiempo. Esto en general no se puede hacer en el laboratorio porque difícilmente podemos tener sujetos a medir que estén 30 días y noches con nosotros. En ese sentido estas bandas muestran cierta utilidad.
Por ejemplo, un abogado en Estados Unidos, dice Winter, pensaba que sólo dormía una hora por noche, pero el dispositivo en su muñeca le indicaba que había dormido unas seis horas. El abogado pensó que la banda de salud estaba mal, pero un estudio de laboratorio indicó que dormía más de lo que pensaba.
El Dr. Winter decidió medir su propio sueño y halló que se quedaba despierto hasta más tarde de lo que él pensaba. Él estaba durmiendo unas 6:15 horas, es decir, un tiempo insuficiente, por lo que le sirvió de alguna manera a buscar dormir más tiempo.
También estas bandas pueden ayudar a encontrar patrones cuando los usuarios empiezan a seguir, por ejemplo, una nueva rutina de ejercicios o quizás, cuando empiezan a tomar un tratamiento médico que le obliga a tomar medicamento. Esto puede alterar los patrones conocidos del sueño. La banda de salud puede ser de una ayuda en este sentido.
Lo mejor que se puede hacer entonces es experimentar con uno mismo y ver cómo estos patrones se alteran. Por ejemplo, si bebe alcohol antes de dormir duerme mejor o no. Hay que llevar control por algunas semanas. No se puede, evidentemente, sacar ninguna conclusión con el monitoreo de un par de días o en una sola semana.
Pero de nuevo, lo que importa no es estrictamente lo que digan las mediciones del dispositivo, sino cómo se siente uno al día siguiente. Sin duda un aparato de estos en la muñeca puede ayudar a mostrar algunas cosas sobre cómo dormimos pero está lejos de poder diagnosticar si dormimos bien o mal.
Finalmente, es una banda en el brazo con una serie de sensores que asume que pasan ciertas cosas y a partir de ahí manda al teléfono los datos para graficarlos. Pero de ahí a que esté diciendo la verdad, pues hay que tomárselo no demasiado en serio.
Referencias: Lifehacker