La compañía francesa Carmat ha anunciado el primer implante de un corazón artificial, compuesto por tejidos biológicos en un ser humano. Este fue trasplantado el pasado miércoles en el Hospital Georges Pompidou de París.
Este corazón protésico es una creación del cirujano cardíaco Alain Carpentier, quien fundó la compañía Carmat en el 2008.
Carmat consiguió desarrollar su primer corazón completamente artificial a principios de 2013 con la combinación de los conocimientos de Carpentier, inventor de las válvulas cardíacas artificiales más populares, y de los ingenieros espaciales de Astrium en la construcción de satélites.
El equipo se enfrentó al reto de desarrollar un dispositivo capaz de funcionar en las severas condiciones del sistema circulatorio humano, y de bombear 35 millones de veces al año durante un mínimo de cinco años sin interrupciones.
El corazón está compuesto por 900 minúsculos componentes que tienen que funcionar a la perfección. Al igual que con los satélites, el equipo utilizó sofisticadas técnicas de modelado y de simulación digital y preparó bancos de pruebas para llevar a cabo rigurosos ensayos y análisis.
Las autoridades sanitarias francesas han considerado que el corazón protésico es lo suficientemente fiable, y autorizaron los primeros implantes en humanos en tres hospitales de París.
El equipo se ha centrado en desarrollar un corazón capaz de latir como uno real, acelerando o reduciendo el ritmo cardíaco en función del nivel de esfuerzo de su receptor. El órgano se basó en la tecnología desarrollada para los proyectos espaciales europeos, utilizando unos sistemas electrónicos en miniatura equivalentes a los instalados en el bus de un satélite de telecomunicaciones.
El corazón utiliza la misma tecnología, pero 100 veces más pequeña. Una serie de sensores de última tecnología detectan el nivel de esfuerzo del paciente y envían la información a un ordenador en miniatura, que genera comandos para que los motores, del tamaño de un dado, bombeen más rápido o más lento, permitiéndole aportar más o menos oxígeno a los tejidos y controlar la presión arterial en función del nivel de actividad de la persona.
Por otra parte, el corazón protésico de Carmat ha intentado evitar el rechazo del organismo utilizando un pericardio animal (la membrana que rodea al corazón) tratado químicamente para reducir la respuesta inmune del receptor.
El dispositivo tiene dos cámaras separadas por una membrana, con el tejido biológico en la cara que está en contacto con la sangre del paciente, y poliuretano en la cara opuesta. El sistema de bombeo, compuesto por motores y fluido hidráulico, altera la forma de esta membrana. Las válvulas artificiales desarrolladas por Carpentier también utilizan este tipo de material biológico.
De esta manera el nuevo dispositivo de Carmat tiene el propósito de superar la escasez de transplantes de corazón para decenas de miles de personas que padecen insuficiencia cardíaca.
Referencia: CARMAT