Esta semana que está por terminar nos hemos visto bombardeados por una infinidad de anuncios publicitarios en cualquier medio imaginable respecto al Black Friday mexicano. El Buen Fin ha generado todo tipo de opiniones, alegrías y molestias, dejando en claro que este tipo de iniciativas pueden llegar a ser tan buenas o malas como uno mismo sepa sobrellevarlas para sacar provecho de ellas. ¿Ustedes han encontrado algo que valga la pena?
Desde el miércoles 14 ya recibíamos las primeras ofertas de las principales cadenas, y la tendencia era clara: lo que más atención recibiría sería la electrónica de consumo. Las televisiones, computadoras, tabletas y celulares ganaron el seguimiento de la gente, quienes acudieron desde las primeras horas en que las tiendas los invitaran a adquirir los productos.
El caso más remarcable en ello fue el de las tiendas de la cadena Wal-Mart de México y Sam´s Club, filial de la misma marca. Desde las 12 a.m. del viernes 16, las principales sucursales de esa empresa abrieron sus puertas al público que ya esperaba en larguísimas filas a que esto sucediera.
Como si se tratara de un maratón, toda la gente ingresó a los recintos rápidamente para ver qué era lo que podrían comprar de acuerdo a sus necesidades, y se encontraron con montañas de cajas apiladas con decenas de productos a la espera de ser llevados; era evidente la desesperación de muchas personas, pues al ser un día laboral, varios de ellos tendrían que ir a trabajar horas después.
Entre los anaqueles se podía ver al personal de la tienda montados al menos a un metro del piso para ayudar a los asistentes a bajar los contenedores con diversos dispositivos, de forma que pudieran pasar a pagarlos. Suponemos que a falta de espacio para llevar una escalera, se tuvo que recurrir a métodos más improvisados.
El tiempo transcurrió y las filas para pagar decenas de televisiones, reproductores de Blu-ray, consolas de video juegos, cámaras y cafeteras Dolce Gusto (esto último llamó nuestra atención particularmente) no reducían de tamaño; en realidad parecían aumentar cada vez más, a pesar de que todas las líneas de pago estuvieran siendo atendidas.
“Estuve formada para pagar más de media hora, pero al llegar a la caja me pidieron la membresía,” nos dijo Aurora, quien se encontraba en una fila de la sucursal Plaza Oriente de Sam´s Club para pagar un sistema de teatro en casa. “Estuvieron diciendo que dejarían pasar sin membresía, y ahora me salen con que siempre sí”.
La venta de estas tiendas continuó durante toda la madrugada, mientras que otras empresas recibieron a sus clientes hasta la mañana del mismo día, en su horario regular de apertura, aunque el horario de cierre se extendió hasta la media noche en muchos casos.
“Yo vine a la plaza porque hay más de dónde escoger, si no encontraba ofertas en la ropa, me iba a ir directo al Best Buy para ver si había alguna tele que me conviniera,” aseguró Mauro, quien fue a un centro comercial al sur del Distrito Federal junto con su familia con motivo de El Buen Fin.
Aunque se ha reportado que las compras de ropa y calzado son parte de lo que la gente más ha buscado en las tiendas especializadas, es muy notoria la tendencia hacia los artículos de electrónica; basta con ver que en algunos casos los carritos de compra llevaban hasta cuatro televisores a bordo, junto con otros dispositivos. En menor medida, la gente adquiría productos de línea blanca, que por su tamaño, tenían que ser pedidos a un dependiente, quien anotaba el número de artículo en un papel para que el cliente fuera a pagar en caja.
Entre ofertas que claramente eran un “gancho”, hasta las que en verdad nos hicieron abrir los ojos en señal de asombro, concluimos que para obtener un verdadero ahorro en este fin de semana hace falta tener mucha energía para aguantar las multitudes, olfato para saber en qué caso se había hecho un descuento real y tener en mente que para todos hay un límite financiero, y que el que existan “ofertas” no implica tirar la casa por la ventana.
Hasta ahora, ¿qué se han comprado en El Buen Fin? ¿Decidieron salir a hacer el fatídico recorrido por las tiendas de su ciudad, o comprar vía Internet? ¡Esperamos sus comentarios!