Steve Ballmer dejará a Microsoft en los próximos meses, y el puesto de CEO pasará a ser de algún candidato que pueda redirigir el camino de la compañía en los años venideros. Entre diferentes nombres que algunos han sugerido para tomar el control del gigante del software destaca el de Bill Gates, a pesar de que esto sea altamente improbable. ¿Quién pasará a ser el líder de esta firma?
En general, diversas voces han dicho que lo más adecuado para Microsoft sería recibir el talento de nuevos dirigentes que hayan forjado su carrera fuera de la empresa, pero que reúnan el talento necesario para emprender el camino certero que Microsoft necesita para llevar sus productos a cada cliente potencial.
Como CEO de Microsoft, Bill Gates tuvo la firme convicción de poner “una computadora en cada escritorio de cada hogar”; gracias a decisiones acertadas y alianzas que se hicieron con el tiempo, los dispositivos de diversos fabricantes con el sistema operativo Windows están distribuidos por todo el mundo. Windows es aún la plataforma más usada gracias a que la mayoría de las empresas aun eligen esa plataforma para correr en las PCs que venden.
Por su parte, Ballmer, quien recibió la estafeta de Gates en el año 2000, fue testigo e impulsor de uno de los productos más exitosos de la empresa: Xbox. En contraste, otros proyectos como Windows Vista, las Tablet PC, Windows Mobile o Zune sólo lucieron como intentos desubicados de competir con las tendencias tecnológicas de la última década, llegando a ser en su mayoría grandes fracasos que no contaban con la visión adecuada para ser debidamente comercializados.
Si Bill Gates volviera a Microsoft como CEO, es probable que la empresa tuviera la oportunidad de reubicar el concepto completo de hardware y software para que los consumidores anhelaran tener un producto de la compañía, en lugar de elegirlo por ser lo más tradicional.
En parte, Windows 8 apuntaba hacia ese objetivo, pues el rediseño de la plataforma entusiasmó a algunos que ansiaban llegar a ver el momento en que esta plataforma tuviera un cambio importante, y no sólo fuera “lo mismo de siempre” con ligeras modificaciones; no obstante, un gran número de personas no vieron así las cosas, pues continuaban buscando las características habituales de esta plataforma como el menú de Inicio.
De obtener la fórmula precisa para hacer que el consumidor dejara atrás tantos años del mismo Microsoft y se adaptara al cambio de Windows 8 (y las versiones que sigan), la compañía podría tener el primer logro cumplido para seguir evolucionando.
A pesar de esto, el propio Bill Gates ha reconocido vez tras vez que entre sus planes a futuro no está el de volver a la empresa; sería difícil ver que esto cambie, sabiendo lo entusiasmado que él ha permanecido todos estos años con la fundación Bill & Melinda Gates, a través de la que Bill y su esposa ayudan a decenas de comunidades desatendidas a combatir severas enfermedades, entre otras causas humanitarias.
Entre otros nombres, uno de los personajes de la industria que luce con posibilidades en Microsoft es Reed Hastings, quien ayudó a fundar Netflix, tiene antecedentes en ingeniería, software y negocios, además de que ha formado parte de la mesa directiva de Microsoft en el pasado.
También está Jeff Weiner, director de LinkedIn, la red social de profesionistas. Él ha situado a la empresa en una posición privilegiada tanto a nivel comercial como de uso empresarial, y podría ofrecer la visión necesaria para que Microsoft renueve la forma como opera actualmente.
La decisión final está en manos de un pequeño grupo de directivos en Microsoft (entre los que se encuentra Gates) y es muy probable que se tenga alguna resolución meses antes de que concluya el tiempo durante el que Ballmer seguirá al frente de la compañía.