Ante la alta tasa de contagios de COVID-19 que hay en el mundo, se vuelve una necesidad para los gobiernos de los países afectados ofrecer a la población vías de contacto que sinteticen procesos.
Las organizaciones sin fines de lucro también se suman a esta necesidad de extender opciones inmediatas de contacto y resolución de dudas.
Dicho de otra manera, en este escenario el elemento humano deja de ser suficiente ante el volumen de personas que necesitan respuestas rápidas.
Bajo esa lógica, hablamos con Martín Frascaroli, CEO de Aivo, compañía argentina que está apoyando con sus chatbots a varios equipos de atención a distancia.
Frascaroli dice que la ventaja de los chatbots es que le devuelven el tiempo a la gente, pues lo que antes se conseguía con intermediario humano en ocho minutos, ahora se consigue en dos.
También dice que lo que ellos han ofrecido es una solución menos técnica para ahorrarle complicaciones a los usuarios, pues cuentan con un motor conversacional que se allega de distintas inteligencias artificiales para sobreentender los errores ortográficos y para normalizar los regionalismos y el lenguaje informal.
“Para crear un chatbot lo único que se necesita son preguntas y respuestas. No se necesita programar ni definir nada especial”, afirma Frascaroli, quien también detalló que Aivo desde los primeros días de la pandemia proporcionó tecnología a organizaciones sin fines de lucro, entre ellas, la Cruz Roja.
Por ejemplo, una de las preguntas más frecuentes está relacionada con las donaciones, y para ahorrarle tiempo a la gente entran en juego los chatbots, los cuales responden de inmediato las dudas sobre dónde y cuándo hacerlas, sin que figure la intervención humana.
“La idea es ayudarle un poco a las administraciones con las tareas operativas”, dice.
Nosotros en México hemos constatado la importancia de los chatbots en estos tiempos de pandemia. El cuestionario que se contesta a distancia cuando se tiene la sospecha de estar enfermo de COVID-19 lo proporciona un chatbot, no una persona.
*Portada: Aivo.