Finalmente los Samsung Galaxy S7 y S7 Edge están por salir en diferentes regiones del mundo y hasta ahora, los que los han probado han dejado una buena impresión de ellos. Sin embargo, existe un factor que los usuarios vienen temiendo debido al problema de sobrecalentamiento que hubo con algunos smartphones que tenían dentro de ellos el procesador Snapdragon 810.
Los nuevos teléfonos insignia de Samsung contarán con un chip Snapdragon 820 o un Exynos 8890 (dependiendo de la región), los cuales supuestamente ya no trae consigo este problema, y prueba de ello es un test de temperatura hecho por el sitio Laptop Media, en donde se obtuvieron unos resultados bastante interesantes.
Esta prueba mide la temperatura alcanzada en grados centígrados en tres zonas del teléfono. Se puso a prueba la capacidad de procesamiento 3D de ambos equipos, manteniéndolos encendidos y ejecutando el juego Epic Citadel (el cual consume muchos recursos) durante varias horas.
Durante ese tiempo el Galaxy S7 Edge alcanzó una temperatura de 31 grados en su parte posterior central, de 29.9 grados en la parte superior central y de 28.9 grados en su parte posterior inferior. Esto nos habla de que mantuvo una temperatura uniforme (y deseable) en todas las zonas del teléfono.
Estas temperaturas fueron inferiores a las del Galaxy S7, que llegó a alcanzar 32.5 grados en la zona posterior central, 32.3 grados en la zona superior y 31.1 grados en la zona inferior, aunque en realidad no se tratan de diferencias significativas y se mantienen dentro del rango esperado.
El sobrecalentamiento en smartphones puede provocar que éste queme internamente alguno de sus componentes, lo cual lo puede dejar totalmente inutilizable. Afortunadamente, muchos de ellos vienen precargados con sistemas que monitorean su temperatura y lanzan una alerta al usuario cuando detectan un calentamiento excesivo, lo que lo vuelve inutilizable hasta que éste regrese a la temperatura normal.
Referencia: Laptop Media