Las bebidas azucaradas son consideradas un factor importante que contribuye a diferentes condiciones de salud tales como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la caries dental. ¿Pero alguna vez te has preguntado exactamente lo que estas bebidas hacen a tu cuerpo después de su consumo?
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, alrededor de la mitad de la población estadounidense bebe bebidas azucaradas todos los días, siendo el consumo de éstas más alto entre los adolescentes y adultos jóvenes.
Hay aproximadamente 10 cucharaditas de azúcar añadida en una sola lata de refresco de cola. La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir no más de 6 cucharaditas de azúcar al día, lo que significa que beber sólo una porción de refresco de cola al día podría llevarnos muy por encima de estas directrices.
Por lo tanto, no es de extrañar que el consumo de bebidas azucaradas se asocie con una serie de condiciones de la salud. De acuerdo con la Escuela de Salud Pública de Harvard, las personas que beben de una a dos latas de bebidas azucaradas al día son 26% más propensas a desarrollar diabetes tipo 2, y el año pasado, Medical News Today informó sobre un estudio que afirmaba que 184 mil muertes en el mundo cada año se deben al consumo de bebidas azucaradas.
Y ahora, una infografía creada por el farmacista británico Niraj Naik, basada en la investigación del escritor de la salud Wade Meredith, muestra el daño que una lata de 330 mililitros de Coca-Cola puede hacer en el cuerpo después de una hora de su consumo.
Según Naik, la intensa dulzura de la Coca-Cola, como resultado de su alto contenido de azúcar, debe hacernos vomitar tan pronto como entra en el cuerpo. Sin embargo, el ácido fosfórico en la bebida opaca la dulzura, lo que nos permite mantener el líquido dentro del estómago.
Los niveles de azúcar en la sangre aumentan dramáticamente dentro de los 20 minutos de beber el refresco, causando una explosión de insulina. El hígado convierte entonces las altas cantidades de azúcar que circulan en nuestro cuerpo en grasa.
Después de 40 minutos, el cuerpo ha absorbido toda la cafeína de la lata, provocando una dilatación de pupilas y un aumento de la presión arterial. En este punto, los receptores de adenosina en el cerebro han sido bloqueados, lo que impide la fatiga.
Cinco minutos más tarde, la producción de dopamina se ha incrementado; se trata de un neurotransmisor que ayuda a controlar los centros de placer y recompensa del cerebro. De acuerdo con la infografía, la forma en que la Coca-Cola estimula estos centros es comparable a los efectos de la heroína, lo que nos hace querer otra lata.
Finalmente, después de una hora, un choque de azúcar comienza, causando irritabilidad y somnolencia. Además, el agua de la Coca-Cola habrá sido eliminada del cuerpo a través de la orina, junto con nutrientes que son importantes para la salud.
De acuerdo con Naik, la infografía no sólo es aplicable a la Coca-Cola, sino a todas las bebidas gaseosas con cafeína y afirma que beberlas muy de vez en cuando no es riesgoso para la salud, por lo que la clave está en la moderación de su consumo.
Referencias: The Renegade Pharmacist, Tech Times