Rubén van der Vleuten tenía curiosidad de saber qué aventuras pasaba un paquete cuando se mandaba de un lugar a otros. Con esto en mente, se le ocurrió el siguiente experimento: poner una cámara de manera tal que pudiese grabar lo que estuviese pasando. Gracias a que el almacenamiento digital, las cámaras actuales y las baterías de hoy en día, se puede hacer este tipo de “vigilancia” con muy bajo costo, es decir, de grabar una serie de escenas sobre una experiencia en particular.
Desde luego que no bastaba con todos estos elementos electrónicos. También tenía que ver la lógística del problema. Por ejemplo, cómo esconder la cámara de manera tal que no pareciese sospechoso el paquete. Así, hizo un pequeño agujero precisamente sobre una de las letras donde escribió su nombre y dirección. El agujero es tan pequeño que no se alcanza a notar a simple vista. Para además, asegurarse de no grabar escenas interminables de un lugar en donde no se viese nada, Rubén decidió poner un sensor de movimiento para no almacenar toneladas de cuadros en negro. Así, si el paquete se pone en movimiento, entonces comienza a grabar. Cuando está sin moverse, el hardware se “despierta” cada tres minutos para grabar video. El autor de este experimento usó un Arduino para la parte fundamental de sus circuitos electrónicos.
¿Qué se aprendió de todo esto? Sin duda que hablamos de un proceso que nos parece sencillo pero que atrás hay mucha tecnología y demasiada gente que trabaja en el mismo, para finalmente, hallar por todo lo que pasa un paquete para llegar a su destino. Lo interesante sería saber qué pensará la oficina de correos de todo esto o mejor aún, ¿cómo será el proceso en México? ¿tendremos toda esa tecnología o será más humanizado, por llamarle de alguna forma, todo este proceso?
Este es el video que tomó Van der Vleuten:
Referencias: