Estas últimas semanas han sido un caos para Samsung y su Galaxy Note 7, y parece que los problemas continúan con el más reciente teléfono inteligente de la marca.
Después de la gran expectativa previa al lanzamiento del Note 7, Samsung logró vender millones de dispositivos en los primeros días en 10 mercados incluyendo Estados Unidos, Corea del Sur y México; esto fue hasta que empezaron a surgir reportes muy inusuales de equipos Note 7 que estaban “explotando”.
Empezó como un caso atípico, pero esto se fue transformando en un verdadero riesgo para los usuarios cuando se reportaron más de 40 situaciones distintas en las que aparecían equipos Note 7 “explotando”, algunos con daños materiales de miles de dólares o incluso a personas.
Antes de que esto se saliera de control, el 2 de septiembre (justo un mes después de la presentación del Note 7) se suspendieron todas las ventas del Note 7 y Samsung ordenó un reemplazo a nivel mundial en donde se le pedía a los usuarios dejar de utilizar sus Note 7 y cambiarlos inmediatamente en su concesionario más cercano por otro dispositivo mientras llegaban los nuevos con baterías seguras.
Hacer que los usuarios regresen sus teléfonos no es nada sencillo y mientras esto sucedía, ya habían miles de dispositivos peligrosos en el mercado. De hecho, la Administración Federal de Aviación y la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos dictaron que no se utilizara el Note 7 en aviones o, de preferencia, en ninguna otra situación en lo absoluto.
Incluso Samsung tuvo que forzar una actualización para los Note 7 existentes para que no se pudieran cargar a más de cierto límite de su capacidad, esto intentando cuidar la seguridad de los usuarios y ayudar a que cambien sus equipos lo más pronto posible.
El 30 de septiembre se renovó la venta en ciertas regiones y los usuarios ya podían intercambiar su equipo por un Note 7 en México con una nueva batería segura que algunos denominan como “Note 7s”.
Parecía que todo regresaba a la normalidad, pero el pasado 6 de octubre se reportó que un vuelo de la aerolínea Southwest fue evacuado a causa de humo generado de un Note 7 “seguro”. Después de este incidente algunos de los nuevos Note 7 que se habían entregado presentaban los mismos problemas de baterías explosivas.
Tras este nuevo riesgo, dos operadores norteamericanos, AT&T y T-Mobile, frenaron las ventas de los nuevos Note 7 y es posible que más distribuidores a nivel mundial sigan estos pasos.
Hoy, 10 de octubre, Samsung ha declarado que ha frenado la producción del Note 7 por medio de un anuncio oficial que dice lo siguiente:
“Estamos ajustando temporalmente el programa de producción del Galaxy Note 7 para tomar pasos adicionales para garantizar calidad y seguridad.”
Por ahora tendremos que esperar para ver cuál será la siguiente acción de la compañía. Se desconoce si hará un nuevo reemplazo de los equipos nuevos que siguen presentando problemas, o si lanzará alguna actualización para evitar que sigan ocurriendo accidentes con ellos o, si, de plano, suspenderá toda venta y actividad con este modelo para enfocarse a lo que viene. Falta, obviamente, saber qué van a hacer los consumidores que ya lo compraron.