Aunque no ha sido posible comprobarlo con total evidencia, las cifras y los hechos coinciden y apuntan a que el alto índice de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera de la Tierra es una de las principales causas del calentamiento global y los extremosos cambios climáticos.

Habrá quien lo niegue, pero la temperatura, a la par del CO2, sigue en aumento mientras los ecosistemas y las especies sufren cambios irreversibles.

Pero dejemos de lado el tono alarmista y entremos en contexto. Al año, los seres humanos, como civilización, producimos alrededor de 26 mil millones de toneladas de CO2. La quema de combustibles fósiles, que es la base para generar energía, representa cerca del 75% de las emisiones totales. La acumulación de estos gases genera el llamado «efecto invernadero», es decir, provoca un aumento en la temperatura del planeta, y como la deforestación también se encuentra en índices históricos, los «pulmones» del planeta se siguen reduciendo.

Por su parte, México se encuentra actualmente entre los 20 países que más CO2 producen en el mundo. Per capita, nuestro país oscila en el peldaño 14 en cuanto a emisiones anuales, lo que representa el 1.4% de la producción de este gas a nivel mundial.


Como país, hay muchos aspectos que podríamos cambiar para mejorar el entorno. El primer paso es ser conscientes; en este caso, conocer qué es el CO2 y cómo podríamos trabajar para reducir las emisiones. Saber a qué nos enfrentamos es una de las claves para cambiar nuestros hábitos. La realidad es que sería mucho más fácil tomar decisiones si tuviéramos la capacidad de ver al enemigo.

Pero, ¿y si lo pudiéramos ver?

Oceanic Preservation Society publicó recientemente un adelanto del documental «Racing Extintion», que verá la luz en 2015. En el video utilizan una cámara infrarroja con un filtro especial que permite ver el CO2 que se genera en todas partes y cómo sube a la atmósfera, donde permanecerá durante décadas antes de ser absorbido por la biósfera.

Si fuéramos capaces de observar cuánto CO2 producimos, por poner un ejemplo, al encender un automóvil, quizá utilizaríamos más el transporte público.