El evento de Qualcomm (que duró sólo un día, en la ciudad de San Francisco), tuvo conferencias muy interesantes, entre las que destacaron las que tienen que ver con el benchmarking, con esas mediciones que se hacen de los sistemas para precisamente saber qué tan eficientes son. Jon Peddie, por ejemplo, habló de la dificultad de hacer benchmarks que sean creíbles. El asunto no es simple, porque, por ejemplo, en el caso de los teléfonos celulares, ya no basta si tienen uno o dos núcleos o si tienen una cantidad específica de memoria de almacenamiento. Ahora importa ver qué tan eficientes son los procesos dentro del sistema.
Peddie dice que hacer un buen benchmark depende de muchos factores. Por ejemplo, no se trata de decidir medir todo lo que tienen los dispositivos móviles porque estandarizar las pruebas de los mismos no parece un asunto fácil. Pero además dse eso, hay una serie de empresas que dicen hacer benchmarks pero que no son los más confiables en la industria del cómputo, porque no han calificado como las más responsables en estas labores. Vamos, que esto es parecido a las encuestadoras que supuestamente midieron las preferencias electorales en México. De alguna u otra manera, diced Peddie, se necesita de gente con una reputación importante en el mundo del cómputo para hacerle caso a las mediciones que entregan.
Más adelante, Temmi Outula habló de los benchmarks que hace la empresa Rightware, la cual parece ser muy seria y confiable. Considerando que esto de medir es un arte, Rightware ha desarrollado pruebas que de alguna forma busca que sean un estándar. Como están actualmente los desarrollos de hardware en teléfonos y tablets, por ejemplo, el hacer benchmarks en estos dispositivos deben poder medir cómo los contenidos se despliegan sin problemas, haciendo que la experiencia del usuario sea muy satisfactoria. Se requiere pues de datos precisos, objetivos y confiables sobre las capacidades del hardware. Para ello la tecnología debe estandarizarse para asistir a una selección de lo mejor en hardware en las diferentes plataformas.
Desde luego, debe haber un benchmark en términos gráficos pues hoy en día los dispositivos móviles tienen posibilidades que hace años se antojaban inimaginables pero que actualmente son fundamentales para el éxito en el mercado. En este caso, por ejemplo, es importante el rendereo de imágenes, que se hacen en términos de pintar polígonos. Aquí la cuestión es que cada marco, cada ventana con una imagen, requiere de 50 a 70 mil polígonos. ¿En cuánto tiempo se despliegan? es una de las mediciones. Las interfaces gráficas, evidentemente son un punto fundamental en esto y se hacen mediciones con respecto al hardware que usaan y la aceleración que hoy se da al despliegue de información. De hecho, en cuestiones gráficas se usa OpenGL 2.0 y 3.0 como un estándar para hacer render de imágenes sofisticadas. El audio y el video se ponen también en tela de juicio y así se puede medir cuál es la mejor calidad que se puede conseguir para desplegar información visual en movimiento.
Pero más allá de todas estas pruebas y de la validez de las mismas, la industria está ansiosa de poder medir la eficiencia y poder de los dispositivos que crean. No es posible pensar en desarrollar un procesador que sea más poderoso que el de la competencia si no se tiene una imagen clara de qué es lo que se tiene y qué tienen los demás. Esto Qualcomm, entre otras empresas, se lo toman como algo muy importante y sus planes de desarrollo empiezan entonces por estos famosos benchmarks que, a decir verdad, no me habían jamás interesado mucho.
En estas conferencias fue claro que es de primordial importancia no solamente hacer benchmarks, sino poder conocer quiénes los hacen para poder en un momento tomar las decisiones que digan qué equipos comprar, qué dispositivos crear, qué hacer en el futuro. En esos términos la exposición de Qualcomm me abrió los ojos.
Referencia: Rightware