Los Juegos Olímpicos de Río 2016 serán históricos por las hazañas deportivas y los récords rotos, pero también por el impulso a nuevas tecnologías para realizar pagos en la Villa Olímpica y en otras zonas turísticas de la ciudad.
La compañía de tarjetas bancarias, Visa, implementó un programa piloto en Río de Janeiro que consiste en la distribución de 4 mil terminales bancarias contactless (pagos sin contacto), capaces de efectuar transacciones con teléfonos, anillos, brazaletes y relojes.
«Cumplimos 30 años como patrocinador de los Juegos Olímpicos y tomamos la oportunidad para probar avances y tendencias en pagos. En este caso lanzamos en un ambiente limitado los pagos con wearables», explicó en entrevista José Coronel, diretor ejecutivo de Produtos de Prepagos para Visa América Latina.
Adicionalmente, Visa entregó a atletas y asistentes entre 3 mil y 4 mil pulseras compatibles con las terminales contactless, y 49 deportistas ya emplean anillos inteligentes para hacer pagos.
Tanto las sortijas como los brazaletes están equipados micro tags y funcionan como un producto de prepago que se recarga con tarjeta de crédito, débito o transferencia bancaria.
«Visa Europa inició meses atrás con los pagos contactless y, desde entonces, se han efectuado 3 mil millones de transacciones. Para Río 2016 hemos elegido a ciertas personas, en un ambiente limitado, para validar nuestra iniciativa», detalló Coronel.
«En lo que va de Río 2016 hemos encontrado buenos resultados, las personas constatan los beneficios de poder pagar con wearables en la playa o mientras hacen ejercicio o con el teléfono».
Además, en colaboración con Samsung y Swatch, Visa también acepta pagos con equipos Galaxy S7 y el reloj Bellamy, lanzados en este año.
En cuanto a la implementación de estos métodos en México y el resto de América Latina, hay todavía un largo tramo por recorrer y son necesarias iniciativas que empujen la transición. En Londres, por ejemplo, el sistema de transporte cambió su tarjeta de pago por terminales contactless.
«En América Latina la migración dependerá del desarrollo de cada mercado, de regulaciones, infraestructura y verticales que tengan un impacto a gran escala, lo suficientemente grande como para convertirse en un atractivo o motivación para adoptar esta tecnología, como ocurrió en Londres», añadió el directivo.