Los procesadores Intel de la familia Sandy Bridge tienen una característica que el gigante de los chips ha llamado Anti-Robo 3.0. El procesador puede ser deshabilitado incluso si la computadora no tiene conexión a Internet o bien, no esta prendido sobre una red 3G. Con la tecnología anti-robo de Intel construída en el Sandy Bridge, los usuarios tienen la opción de definir las acciones del procesador por si se pierde o es robado, pues puede ser deshabilitado remotamente.
Para aquellos que quieren proteger sus computadoras de ladrones, la habilidad de apagar remotamente el procesador suena fantástica. Pero aún así hay dudas sobre si es el procesador el blanco a atacar. Por ejemplo, una netbook o laptop robada la cual -supongamos- se deshabilite remotamente y no pueda ser encendida, no significa que el ladrón no pueda sacar el disco duro de dicha máquina y ponerla en otra. Como resultado, lo único que se lograría sería ralentizar los esfuerzos criminales para hacerse de información sensible de los usuarios, pero no resolvería realmente el problema.
Pero hay más, ¿dicha opción estaría habilitada por omisión? ¿Qué pasaría si un tercero la encendiera? ¿Puede cualquier persona, no necesariamente el dueño del dispositivo, deshabilitar el procesador remotamente? Todas estas preguntas parecen un poco paranoicas, sin duda, pero no parece que Intel pueda tener respuesta satisfactoria a ellas.
Fuente: TechSpot