Como si se tratará de una sentencia de muerte, un par de investigadores provenientes de Japón, desarrollaron un algoritmo el cual predice la fecha en que la población japonesa dejará de existir.
Tranquilos, la fecha es el 16 de agosto del año 3766 y sabemos que muchas cosas pueden pasar antes de ese momento, pero a lo que se refieren estos investigadores de la Universidad de Tohoku es que si la tendencia reproductiva continúa así, para la fecha pactada la población de Japón se reducirá a uno.
Esta investigación la desarrollaron al percatarse que desde hace 25 años, el país del sol naciente ha desarrollado un continuo declive en su tasa de fertilidad, coincidiendo a la par con el envejecimiento y la gran longevidad de sus pobladores. Esto a generado una preocupación por parte de los investigadores que han nombrado a esta tendencia como una “bomba de tiempo demográfica”.
Este algoritmo fue desarrollado por Hiroshi Yoshida y Masahiro Ishigaki, dos economistas de la Universidad de Tohoku, quienes han llegado a esta conclusión basándose en los datos de población y de fertilidad a partir de 2014 y 2015, quienes explican que en abril de 2014 había 16.3 millones de niños, al año siguiente el total había decaído a 16.1 millones, una reducción de 153 mil niños aproximadamente.
Con estos datos, los economistas lograron crear un software que funciona como un marcador en cuenta regresiva, que muestra el tiempo actual, la reducción de niños, así como los días, horas, minutos y hasta segundos que quedan.
Por otra parte, muestran como en la encuesta más reciente de la Asociación de Planificación Familiar de Japón se reveló que casi la mitad de los encuestados entre los 18 a 49 años de edad, dijeron que no habían sostenido relaciones sexuales en el último mes. Al comparar este resultado con un estudio similar dos años antes, el aumento de esta respuesta era de un 10%.
Esto se debe a que en Japón, los horarios en que trabajan los hombres pueden ascender hasta las 80 horas a la semana con un solo día de descanso y apenas 11 horas por día para realizar cualquier otra actividad (seguramente, dormir).
Como resultado, la falta de tiempo y de energía impacta en el interés para otras actividades como relacionarse en pareja e incluso tener sexo.
En el caso de las mujeres, es cada vez menos atractivo casarse o formar una familia, pues son percibidos como estorbos en el desarrollo de una carrera profesional.
Los humanos nos estamos siguiendo una tendencia, en la cual la familia ha pasado a un segundo plano en contraste con la realización personal. Lo cierto es que las tendencias pueden cambiar y, quién sabe, tal vez en unos 100 años otra vez se ponga de moda tener familia y dejar el trabajo a un lado.
Fuente: Economia del Envejecimiento, Business Insider, Tohoku