La nueva película de Ghostbusters ya publicó su primer tráiler y, previo al lanzamiento, vale la pena analizar tanto a las nuevas protagonsitas como a las reacciones tan mezcladas entre la gente. Cabe aclarar que dicho tráiler tiene menos likes que dislikes, y al menos por los comentarios en general, la razón parece ser justamente que las protagonistas son mujeres.
La película original salió en 1984 y los protagonistas eran 4 hombres, tres de ellos investigadores de lo paranormal. La nueva película tiene 4 protagonistas mujeres que de hecho, se acercan a los arquetipos de los personajes originales. Aún así, los cambios son varios, y son muy relevantes. Los más importantes, y de los que vale la pena hablar, son los relacionados a las protagonistas.
En la nueva película, dos de las mujeres son científicas, otra es una reconocida autora sobre lo paranormal, y la otra es una ruda trabajadora del metro en Nueva York. Tres son blancas y una es negra. ¿Adivinen cuál? Claro, la ruda del metro. De forma objetiva, Ghostbusters parece tener ideas de liberación, pero en la ejecución, los prejuicios siguen ahí.
La estética protagónica inmediatamente suena familiar: series recientes y exitosas como Orange Is The New Black vienen a la mente. Y de hecho, no es casualidad que las protagonistas no sean hombres. En esta época, que busca una mayor equidad entre hombres y mujeres, la tendencia (guste o no) va hacia la creación de más personajes con poder que sean mujeres. Grandes ejemplos son Rey en The Force Awakens o Furiosa en Mad Max: Fury Road.
Y es aquí donde se equivocan los que critican el tráiler de Ghostbusters sólo porque sus protagonistas son mujeres. Está bien querer personajes hombres, sí, pero la verdad es que de esos hay montones, y hasta ahora, la tendencia era la opuesta a la de sacar mujeres poderosas. Es normal que en cualquier punto de quiebre o cambio, lo opuesto a lo anterior suceda antes de encontrar un balance, y quizás eso es lo que está pasando ahora. Es decir, si antes todos los protagonistas eran hombres, ahora la balanza comienza a inclinarse hacia lo femenino, para eventualmente, nivelarse. Yo no creo que sea una conspiración, ni mucho menos alguna exageración como que “ahora se discrimina a los hombres”; simplemente nuestra cultura está en medio de un cambio y el cambio asusta a muchos y puede parecer extremo cuando en realidad no lo es.
El hecho de que dos de las protagonistas sean científicas también es relevante. Últimamente, se ha criticado mucho que antes se veía a las mujeres como personas que no eran buenas en lo científico o tecnológico. El cambio a heroínas dedicadas a la ciencia tampoco es único de Ghostbusters, y se ve en series como Orphan Black o hasta películas animadas estilo Big Hero 6. El argumente es: ¿cómo una niña pequeña va a querer ser ingeniera si lo único que le muestran son princesas? Hay algunas, claro, pero no son la mayoría. De acuerdo con este concepto, es muy valioso que el reboot de una película tan grande ofrezca ejemplos a seguir. Creo que eso es lo que hay que rescatar de la selección femenina y científica para el cast protagónico.
El lado que no resulta tan atractivo y que sí merecería ser criticado es el de los estereotipos y lo predecible. La autora de lo paranormal es gordita y usa lentes, la ingeniera nuclear tiene toda la facha de Ruby Rose en OITNB y la trabajadora del metro es negra y usa arracadas doradas “típicas” de una mujer badass y gritona.
Ahora, también hay que ver Ghostbusters por lo que es desde que salió la película del 84: comedia paranormal. La ingeniosa Melissa McCarthy interpreta a la autora en lo paranormal, Kristen Wigg a la científica de Columbia, Kate McKinnon a una ingeniera nuclear y Leslie Jones a la trabajadora del metro. Las cuatro son muy chistosas y obviamente, la película no es un filme serio y artsy de terror. Es ahí donde los estereotipos pueden no ser intencionales; más bien son una marca o reflejo de aquello a lo que la sociedad está acostumbrada a esperar en la comedia.
Entonces, si hay que criticar algo de la nueva película de Ghostbusters, quizás podamos quejarnos de lo predecible o lo estereotipado, pero me parece que por ninguna razón tiene sentido enojarse sólo porque las protagonistas son mujeres.