En este país dices “Televisa” y la gente brinca y reacciona. Igual si mencionas la palabra “Telmex” o “Telcel”, todo un gran escándalo. No se diga con partidos políticos, cualquiera que sea, con sólo mencionarlos (ahora en redes sociales) recibirás una gran cantidad de comentarios: buenos y malos. Lo mismo pasa con ciertas celebridades, equipos de fútbol, en fin, existen íconos que siempre brillan, para bien o para mal.
Hace unos días fue el lanzamiento de Blim, el “Netflix” de Televisa. Y obvio los comentarios, memes y demás reacciones fueron instantáneas. De hecho hay algunos buenos memes, muy ingeniosos, pero de entre toda la basura que le tiran al nuevo servicio, creo que existe algo interesante a considerar.
- El actual cliente de Netflix seguramente no es el cliente potencial de Blim. El que está desesperado por que llegue la última temporada de House of Cards no es el mismo que quiere ver de nuevo Cuna de Lobos. Simplemente existen diferentes mercados y clientes, para todo.
- El dueño de los derechos es el dueño del balón. Lo que hasta hoy podemos ver de Televisa en servicios como Netflix, Claro Video y otros, obviamente está regulado por un contrato donde el dueño de los derechos decide de a cómo no y pone las reglas del juego.
- ¿Por qué tanta producción original de Netflix? En una parte por crear el contenido y en otra, por supuesto, por los derechos. No hay que pagarle a nadie más y siempre estará en su catálogo.
- Televisa es el productor de contenidos de “habla hispana” más grande del mundo, eso es lo que siempre escucho, no tengo los datos. Si es bueno o es malo, todo depende del cristal con que se mire. Es exactamente igual a decir que el mejor fútbol del mundo es el europeo, ¿por qué? “Porque a mí me gusta más ver jugar al Real Madrid que al Cruz Azul”. Es exactamente igual a cuando la gente despotrica contra El Chavo del Ocho o cualquier otro producto de Televisa. Una cosa son los juicios individuales y otra muy diferente es decir y proclamar que algo es “bueno” o “malo” partiendo de nuestras preferencias.
Así es que, ¿tiene posibilidades Blim de tener éxito? Por supuesto. Y no porque sea una nueva tecnología con una apuesta muy diferente a las demás. Es una cuestión de contenidos. Cuando se terminen los contratos con otros servicios, me imagino que no habrá renovación y todos los que quieran ver películas tradicionales mexicanas o producciones muy exitosas (o no) de Televisa, pues podrán verlas en Blim.
¿Quién va a contratar Blim? Pues me imagino que habrán hecho sus estudios de mercado para ubicar más o menos a quién se están dirigiendo, pero seguramente tienen un amplio mercado cautivo que prefiere mil veces volver a ver a Pedro Infante que las aventuras del profesor Walter White. Sí. Así es la realidad.
No hay que tirarse y retorcerse como almeja recibiendo el jugo de un limón. Televisa nació hace mucho y se quedará por mucho tiempo más entre los mexicanos y otros mercados que abarca en diversas regiones del mundo. El que sus contenidos sean “buenos” o sean “malos” es material de análisis de los expertos en esos temas.
Aquí sólo opino que Blim puede funcionar porque tiene el contenido que mucha gente quiere ver. En el “peor” de los casos, todos los millenials que viven y sudan Netflix, tal vez terminen pagando dos suscripciones… o hasta tres si le sumamos Claro Video y las producciones que están realizando. Al fin de cuentas son unos 300 pesos al mes. Es una buena cantidad para puro “streaming”, pero si ya nadie ve la tele (o eso es lo que todos dicen) no creo que sea un precio taaaaan alto para tener todas las opciones.
Sí, sé que algunos ya estarán pensando que Televisa “pagó” por esta nota, porque todo lo controlan, porque es una empresa que manipula, porque tiene los peores contenidos del mundo mundial, etc., etc., etc. Pues me temo desilusionarlos. Mejor busquen en su catálogo de Netflix algo que ver, igual y el dueño de los derechos es Televisa y en el futuro sólo lo podrán ver en Blim.