Ya sea en Twitter, Facebook, un foro, o incluso en los mismos comentarios de YouTube, parece que uno no se puede escapar de los trolls. Pero ¿por qué existen? Mientras muchas personas disfrutan chatear y debatir temas en línea, aproximadamente 5.6% de los individuos se autoidentifican como trolls, o dicen que disfrutan “trollear” en línea.
Varios científicos estudiaron a un grupo de 1,200 los usuarios de Internet para comprender a estos trolls, y encontraron una gran cantidad de algo llamado “rasgos oscuros”. Específicamente, se descubrió que los trolls en línea mostraban altos niveles de psicopatía, narcisismo y sadismo; es decir, personas que disfrutan el dolor ajeno.
La mayoría de la gente tiende a evitar infligir dolor a otros, y si lo hacemos, experimentamos culpa o remordimiento. Pero para los sádicos, la crueldad puede ser emocionante y placentera. Estas personas no son necesariamente asesinos en serie o malas personas, pero reciben una recompensa emocional cuando causan u observan el sufrimiento de los demás.
De hecho, hay una categoría llamada “sadismo cotidiano” que pone de relieve cómo rasgos sádicos están presentes en muchas personas, no sólo en los criminales. Por ejemplo, muchos de nosotros nos gusta una buena pelea durante un juego de algún deporte o la emoción de una violenta película.
Si te dieran la opción de elegir entre los siguientes 4 puestos de trabajo, ¿cuál sería? a) matar insectos; b) ayudar a un experimentador matar bichos; c) limpiar baños sucios; d) soportar el dolor perdurable del agua helada. Los estudios demuestran que las personas que optan por matar insectos tienen una puntuación más alta en una escala de medición de impulsos sádicos.
Pero los trolls de Internet muestran niveles muy altos de sadismo y se divierten angustiando a otros siendo contenciosos y belicosos. Estudios también han documentado un vínculo entre estos individuos y el comportamiento antisocial. Así que ¿son estos individuos diferentes en la vida real?
Al parecer no, ya que los estudios sugieren que estos rasgos se extienden a su día a día habitual y reflejan su personalidad real. Pero ya que el Internet ofrece anonimato, los individuos antisociales pueden conectarse con otros similares mientras se distancian de sus actos en términos de responsabilidad personal.
La parte desafortunada es que los trolls no sólo comentan más, sino que reciben más respuestas que el usuario promedio, lo que sugiere que son bastante exitosos en atraer a otros. Para colmo, la retroalimentación negativa sólo estimula una respuesta más dura de los trolls, y su comportamiento empeora con el tiempo, con más retroalimentación.
Así que la próxima vez que estés siendo “trolleado”, sólo recuerda que ellos quieren que alimentes su infelicidad. Simplemente ignóralos, y es muy probable que disminuyas su esfuerzo.
Referencias: The Washington Post, Psychological Cience, BGR