Internet es un cúmulo de información que ha crecido de manera impresionante y gracias a la interactividad que tiene la web, millones de personas consultan un número indeterminado de páginas con cualquier cantidad de información. Podemos hallar desde lo más importante y relevante hasta datos absurdos e incluso falsos. Es parte de la propia naturaleza de la red mantener abierta ésta para que cualquiera tenga acceso a publicar lo que quiera. Cada lector tendrá pues que discernir si los datos obtenidos son reales, adecuados o falsos.
Por otra parte, la biblioteca digital Internet Archive, es un sistema que busca preservar miles de millones de páginas web para así tener una referencia histórica. Ahora buscan protegerse sacando una copia de respaldo en Canadá, es decir, fuera de los Estados Unidos, para así no tener ningún problema ahora que Donald Trump tome la presidencia de los Estados Unidos y en uno de sus arranques, ordene alguna cosa inusitada, asunto que podría ocurrir el día menos pensado.
“El 9 de noviembre los Estados Unidos amanecieron con una nueva administración que promete cambios radicales”, escribió el fundador del Internet Archive, Brewster Kahle. “Esto fue un recordatorio firme de que instituciones como la nuestra, construida por ya mucho tiempo, necesita un diseño para el cambio. Para nosotros, esto significa mantener nuestros materiales culturales a salvo, de forma privada y accesibles siempre. Significa también prepararse para una web que podría tener grandes restricciones. Y esto a su vez podría significar servir a los patrones en un mundo en el que la vigilancia de los gobiernos no se irá, no terminará. De hecho, se ve que se incrementará”.
Internet Archive tiene como sede San Francisco y comprime una serie de diferentes esfuerzos de preservación que incluyen prácticamente todos los medios. En 2012, el archivo completo tenía unos 10 petabytes de datos; como referencia, la colección completa de fotos y videos de Facebook tiene unos 100 petabytes. También se tienen respaldos de películas y libros. El archivo contiene miles de programas y videojuegos que ahora se pueden emular en los sistemas modernos.
Los archivos de este esfuerzo es probablemente una de las más completas colecciones que preservan la historia digital, que debido al constante cambio, parece efímera en muchos sentidos. Kahle estima que ahora hacerse de un respaldo en Canadá le costará millones de dólares, pero se asegurará de poner un escudo contra las eventuales acciones legales del nuevo presidente Trump.
De hecho, el futuro de la privacidad y la vigilancia bajo la administración de Trump es difícil de predecir, pero el presidente electo ya ha mostrado su intención de endurecer la vigilancia y las leyes para una mayor censura, incluyendo “el cerrar Internet de algunas formas”, para luchar contra el terrorismo. Y como Trump dijo en el 2015: “Alguien dirá, ‘Oh, la libertad de expresión, la libertad de expresión’, estos son unos tontos”. Vamos, hace unos días Trump declaró que quemar la bandera estadounidense podría considerarse un crimen que se castigaría con la pérdida de la ciudadanía.
Kahle dice que la copia canadiense crearía más redundancia de los datos y el riesgo de que ocurriera lo que pasó con la Biblioteca de Alejandría, por ejemplo, sería imposible de que pudiese ocurrir en estas bibliotecas digitales modernas, aunque evidentemente, hay que trabajar para que haya respaldos siempre, independientemente de las situaciones políticas que podrían poner en riesgo este nuevo patrimonio de la humanidad.
Referencias: The Verge