El golpe de timón que ha realizado el Instituto Federal de Telecomuncaciones (IFETEL), el nuevo superegulador de las telecomunicaciones y la radiodifusión, podría considerarse histórico para la competencia en México. Tras años de concentraciones en los principales mercados como el de telefonía fija, la móvil, el internet, la televisión restringida y la televisión abierta, el órgano regulador cumplió antes de la fecha pactada la convocatoria a licitar dos cadenas de televisión a nivel nacional, así como la definición de los agentes económicos preponderantes del sector.
Estos agentes preponderantes se refieren a las tres empresas que han establecido prácticas anticompetitivas, las cuales dado su tamaño de mercado, se traducen en un costo, en el más amplio sentido de la palabra, para los mexicanos. Telcel, Telmex y Televisa son las empresas en cuestión, y aunque aún no existen más detalles sobre la notificación del IFETEL ya que deben ser las empresas las primeras en enterarse, en los próximos días podremos conocer a profundidad dicha resolución.
Asimismo, el IFETEL publicará la más que esperada licitación de dos cadenas nacionales de televisión, en la que no podrán participar las empresas que posean 12 o más MHz como es el caso de TV Azteca.
Sin embargo, sí se puede esperar que en televisión abierta, además de la previa autorización para la retransmisión gratuita de sus contenidos incluyendo los comerciales en los sistemas de tv de paga, también esté obligada Televisa a compartir su infraestructura con sus competidores de menor tamaño y publicar las tarifas de publicidad de forma no discriminatoria, así como perder la exclusividad en los principales eventos deportivos.
Por su parte, las empresas subsidiarias de América Móvil, Telcel y Telmex, deberán atenerse también a regulaciones específicas como podrían ser las tarifas de interconexión asimétricas -se refieren al pago que realiza un operador por originar o terminar la llamada en la red de otro-, compartición de su infraestructura y desagregación de elementos de su red con tarifas orientadas a costos de largo plazo, reducción del precio de llamadas de larga distancia al consolidar áreas de servicio local y la venta desempaquetada de sus servicios ya que actualmente no puedes contratar sólo internet sin contratar una línea fija.
Y es que el perjuicio de la operación actual de estas empresas afecta directamente a los mexicanos al ofrecerles servicios de telecomunicaciones lentos, caros, con poca cobertura y una televisión abierta que domina la opinión pública con falta de pluralidad en los contenidos que necesita un país para su eficiente desarrollo.
Debemos admirar la valentía de los comisionados del IFETEL para sacar la más ambiciosa regulación de las telecomunicaciones y la radiodifusión mexicanas. Y aunque los impactos no se vean en el corto plazo definitivamente serán significativos para ser competitivos internacionalmente.
Por ello, podemos esperar que en las próximas semanas y meses se intensifique la defensa legítima de los intereses afectados, que dicho de paso no son pocos en magnitud; no obstante, lo importante será que se privilegie el interés público de los usuarios y las audiencias.
Para más información sobre el acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación dar click aquí.