Aparentemente, el hecho de que se haya actualizado LIGO (Laser Interferometer Gravitational Wave Observatory), que es el aparato que busca tales ondas, y el hecho de que el físico Lawrence Krauss tuiteara que había escuchado rumores de que finalmente se habían hallado estas ondas gravitacionales, podría ser el indicativo de que ahora sí, hay pruebas reales de este tipo de ondas, tan largamente buscadas. Sin embargo, el equipo de LIGO ha indicado que se tomen con mucha mesura estos resultados, diciendo: “Mi respuesta no es más o menos que la oficial, la cual es la verdad: ‘Estamos analizando los datos y compartiremos las noticias cuando estemos listos’. Pienso que lo más inteligente es tener paciencia”, son las palabras de Alan Weinstein, líder de LIGO en Caltech.
El rumor, sin embargo, parece haber sido desatado por Clifford Burgess, un físico teórico en la Universidad de McMaster en Hamilton, Canadá, y el Instituto de Física Teórica de Waterloo. Él mandó un correo a todo el departamento en McMaster, reportando que el equipo LIGO había hallado una señal indicativa de dos agujeros negros uniéndose entre sí. La señal es real y es “espectacular”.
El significado estadístico de la señal se supone que es muy alto, excediendo el estándar que los físicos usan para distinguir la evidencia que se considera lo suficientemente fuerte para considerar que se habla de un descubrimiento. LIGO consiste en dos instrumentos ópticos llamados interferómetros, con el que los físicos ven las diferencias infinitesimales del espacio causadas por el paso de una onda gravitacional. De acuerdo al correo de Burgess, ambos detectores notaron cuando un agujero negro emerge en los tiempos exactos de retraso entre ellos. Esto inició toda una ronda de emoción, excitación y consternación.
Dicen que el descubrimiento podría anunciarse para dentro de una semana, aproximadamente el 11 de febrero. Las ondas gravitacionales son parte del espacio-tiempo, predichas por Albert Einstein como consecuencia de su teoría general de la relatividad. Podrían notarse estas ondas en caso de que dos objetos muy masivos, por ejemplo, dos agujeros negros, de pronto chocaran, o bien, cuando estallara una supernova. Esto crearía unas ondas, como las que se producen en el agua de un estanque cuando arrojamos una piedra. Mientras más masivo el objeto, más evidentes deberían ser las ondas gravitacionales. El problema es que quizás no hemos podido aún construir un aparato lo suficientemente poderoso para detectarlas o bien, quizás no existen y la predicción de Einstein es falsa.
Como sea, los mensajes de Twitter o los correos no son prueba de nada. Hay mecanismos que la ciencia se ha impuesto, para poder afirmar o descartar un hallazgo de la Naturaleza.
Referencias: