Aquí en unocero ya hemos hablado del tema. La conjetura de Collatz es muy sencilla y cualquiera puede entenderla: elígase un número entero positivo. Si es par, divídalo entre dos; si es impar, multiplíquelo por 3 y súmele uno. A ese resultado proceda de la misma manera. Así, si tomamos, por ejemplo, el número 10, tendremos que es par, entonces dividiremos entre 2, lo cual nos da 5. A ese resultado, multipliquemos por 3 y sumémosle 1. Tendremos como resultado 16. Como es par, entonces tendremos 8, siendo par este dividimos de nuevo entre dos y obtendremos 4. Hacemos de nuevo la división y hallamos 2. Dividamos de nuevo y obtendremos 1. Decimos entonces que 10 es un número maravilloso o de Collatz.
Llegar a probar que 10 es maravilloso lleva 6 pasos: 10 –> 5 –> 16 –> 8 –> 4 –> 2 –> 1. El número 27, por ejemplo, requiere de 111 iteraciones antes de llegar a 1 y es el número de más iteraciones menor de 50. Cuando John Conway (el creador del juego de la vida) explica la conjetura pasa al pizarrón y dice: “veamos qué pasa si usamos un número al azar… digamos 27″…
Así que a afilar sus armas. A programar y a optimizar. Veamos qué dicen nuestros programadores binarios de unocero. A quien le interese el software, puede pedírmelo a morsa@la-morsa.com y a vuelta de correo tendrá el enlace para descargarlo.