La Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés), ha organizado en Dubai la Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales, que aparentemente se lleva a cabo a puerta cerrada desde el 3 de diciembre. El objetivo, dicen muchos, es modificar un tratado antiguo con el cual se les daría más poder a los países para regular y controlar la estructura de la web.
Ya Google por una parte, Mozilla por otra, e incluso Anonymous, han alertado sobre este tema y empieza a haber movilizaciones en la propia red para informar sobre esto en particular y la gravedad del mismo, que de acuerdo a algunos, es terrible. En principio sería revivir ACTA, SOPA o PIPA, o cualquier otra iniciativa que pretenda regular los contenidos que viajan por la red de redes. Desde luego que la opinión de internautas, ingenieros, los verdaderos creadores de la red Internet, etcétera, busca ser ignorada. Hay un afán -explicable en algún sentido- por parte de los gobiernos para controlar a los ciudadanos. Ejemplos como el de China, nos hace pensar que la amenaza es real. Pero, ¿lo es?
Sin duda que por Internet fluyen todo tipo de contenidos, muchos legales y muchos otros que violan las reglas de los derechos de autor, por ejemplo. Por años la industria disquera ha dicho una y otra vez que sus ganancias han mermado porque la gente ya no compra música, sino que simplemente la baja de la red. Las autoridades e algunos países han tomado cartas en el asunto y han cerrado sitios Peer2Peer, torrents, en donde se encuentran los archivos ofensores a los derechos legítimos de los autores. Sin embargo, cuando un gobierno cierra un sitio con información ilegal en el mismo, nacen diez copias de dicho sitio alrededor del mundo. Para decirlo en pocas palabras, este tipo de medidas de la autoridad es peor que la enfermedad misma.
La razón de toda esta problemática surge de dos factores: el primero, que finalmente trata de cómo las nuevas tecnologías nos ha superado. Antes nadie podía copiar un CD de música. Hoy, cualquier computadora tiene grabador de CD y DVDs incluso. Con los libros ya está pasando algo similar. Antes a lo más, se podían sacar fotocopias de los libros. Ahora cualquiera puede hacerse de un sinfín de libros en formato PDF o DJVU. En segunda instancia, que el compartir archivos, información, es un acto humano, al cual se opone en principio las reglas de los derechos de autor. Todo contenido que pueda ponerse en ceros y unos está en peligro de ser pirateado, pero la realidad es que no hay manera de defenderse contra esto.
Los gobiernos -podrían pensar los más ingenuos- buscan defender los legítimos derechos de quienes han creado algunos contenidos, pero en realidad lo que parece que están buscando es controlar a todos los individuos. ¿Podrán hacerlo? En principio es posible, desde luego, en donde intervendrían los proveedores de Internet que serían obligador a monitorear todos los paquetes de datos que circulan por sus servidores. Si sus esquemas alertan sobre una violación de los derechos de autor, podrían pedirle al infractor una compensación por su mala acción, o bien, cancelarle la cuenta para que se eduque. Pero eso sería lo de menos. Si un gobierno en particular quiere hacerle la vida de cuadritos a alguien, bien podría empezar por monitorear sus correos, sus conversaciones privadas, todo lo que pueda ser susceptible de investigar para atraparlo en cualquier problema y acusarlo casi de crímenes de lesa humanidad. Así, crear chivos expiatorios sería trivial.
Yo no creo que pueda hacerse este monitoreo a todos, porque no habría sistemas de cómputo que pudiesen con la problemática, pero pensemos que es posible hacer esto. Si es así, las acciones punitvas del gobierno no serían jamás suficientes para ir tras todo ofensor. Es algo parecido a los impuestos: los gobiernos tienen que actuar de buena fe, esperando que los ciudadanos paguen los mismos y las baterías de control de las respectivas secretarías de Hacienda, buscarán ser más puntillosos con los contribuyentes que más dinero les dan. A esas empresas las tienen muy fiscalizadas y con razón.
En mi opinión, ninguna de las amenazas de la ITU, reales o virtuales, se pueden hacer realidad. La red es parte de la innovación mundial y controlarla, o tratar de hacer esto, finalmente pondría en riesgo incluso muchas economías. Internet lleva tal inercia que hoy por hoy es inútil querer cambiar lo que finalmente hace que la red de redes sea poderosa. Habrá intentos, y no será esta vez el último, pero en términos reales se ve difícil que puedan regular ahora lo que nunca antes se ha podido regular. En cualquiera de los casos, es importante estar informados.
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