Cuando se piensa en Inteligencia Artificial (IA), muchas veces se asume que la investigación en esta rama es costosa y que además, está lejos del aficionado a la electrónica o al cómputo. En muchas ocasiones se utilizan minicomputadoras para hacer toda la parte «inteligente» y los resultados muchas veces no pasan de ser los básicos. Sin embargo, NVIDIA no cree que las cosas deban ser así y han mostrado su computadora de bajo costo para IA, la Jetson Nano, la cual ha sido desarrollada para los programadores, aficionados y entusiastas de este tema.
NVIDIA define su computadora como una máquina de 128 núcleos GPU, basados en el chip Maxwell y con un procesador de cuatro núcleos ARM A57, que al menos en teoría puede dar 472 gigaflops de poder de procesamiento para redes neuronales, sensores de alta resolución y otras características, típicas de productos robóticos. Todo esto apenas requiere de 5W de energía.
La máquina puede correr Linux de inmediato, y soporta una serie de entornos de IA, incluyendo el propio de NVIDIA. Viene con 4 GB de RAM, con un Ethernet de un gigabit y las entradas y salidas para cámaras, entre otros dispositivos.
Cuando uno ve las características de esta máquina, uno pudiese pensar que el costo de la misma es elevado, pero es aquí donde NVIDIA sorprende agradablemente. El modelo Nano, que no es muy poderoso (en la familia de máquinas Jetson), tiene un precio de 99 dólares para individuales y 129 dólares parta producción, que es la máquina destinada a las compañías.
Esta idea podría hacer que la investigación en redes neuronales o IA se convirtiese en el tema favorito de los desarrolladores y aficionados al cómputo, pues pone a disposición de todos una tecnología que en el pasado reciente resultaba simplemente inaccesible para la mayoría de las personas dedicadas a estos temas.
Así entonces, la alternativa de NVIDIA suena formidable, pero quizás sea aún mejor de lo esperado porque en estos casos siempre nacen ideas basadas en esta máquina que incluso podrían ser de menor costo, y todo esto en un futuro muy cercano. Habrá que ver cómo se desarrollan las cosas.