Hace unas semanas necesitaba usar InDesign, de Adobe, para formar un documento. Entré al sitio oficial y hallé que había una prueba gratuita por 30 días. La descargué y sí, efectivamente se puede usar completo el programa. A diferencia de otros , en modo «trial», de prueba, aquí sí se puede guardar el trabajo que uno hace y recuperarlo al día siguiente para seguir trabajando, lo cual es una limitante que alguno que otro paquete de software ponen en sus sistemas de prueba. Pensé que cuando se agotaran mis 30 días, solamente me restaría la opción de comprar el paquete.
Pero no, me equivoqué. Al término de mis 30 días Adobe me deja pagar una cantidad -unos 30 dólares- para seguir usando el paquete otro mes. Es decir, ahora sí, literalmente, me licencian el uso del software y lo puedo usar por los meses que lo necesite, siempre y cuando siga pagando mis dólares mensualmente.
Esta idea me parece notable y pienso que es un nuevo modelo de vender software. Steve Jobs con su iPhone y la tienda virtual de apps, logró un cambio radical en la manera de vender software. Por una parte, no había que ir a la tienda para adquirir el producto, que en general se trataba de una voluminosa caja con un par de CDs y un manual pequeño. No, ahora se descarga al dispositivo el software comprado y se puede usar de inmediato. Más aún, no se puede copiar para dárselo a un amigo. Si por alguna razón se estropea el programa o uno lo borra sin querer, se puede volver a descargar ya gratuitamente, de la tienda de Apple.
Jobs eliminó prácticamente la piratería, pero dando algunas concesiones, como que el software ya no se puede vender a cientos de dólares como antaño. Ahora puede uno, por ejemplo, hacerse de un programa de ajedrez que juega como el Campeón Mundial, por unos diez dólares. Antes, este mismo programa, en las tiendas físicas, podía costar hasta 60 dólares. Y sí, hay programas que incluso en este modo de vender impuesto por Jobs, siguen siendo muy costosos. Supongo que hacen maravillas.
Regresando al punto, la idea de Adobe me pareció notable, pero no había visto a nadie que la imitara, hasta que hace un par de días encontré que la empresa Embarcadero, que es quien ahora desarrolla Delphi (originalmente de Borland), ha sacado un interesante producto para programar en las plataformas móviles, Android e iOS. Se trata de AppMethod, del cual hablaré próximamente, y si uno quiere comprar este sistema de desarrollo, lo puede adquirir -en su versión más básica- por 299 dólares por año. Es decir, de nuevo no me venden realmente el software, sino la licencia de uso. El costo resulta ser menor al que se vendía originalmente Delphi en su versión profesional (que no era la más costosa).
La idea, me parece, tiene futuro. Uno puede comprar por un tiempo un programa y usarlo. Tal vez uno lo deje de usar y cuando uno quiera renovar la licencia, lo más probable es que se tenga la nueva versión, o la más actualizada. Vamos, que de alguna manera los desarrolladores pueden tener la última versión en sus máquinas y no quedarse obsoletos como en el pasado, en donde uno se hacía del software y seis meses después la empresa que hacía la herramienta que usábamos, tenía una nueva versión que dejaba al la que teníamos como obsoleta.
Mi pregunta es si alguien más ha visto este tipo de modelo para vender software. Aparte de Adobe y Embarcadero, ¿alguien más le está entrando a esta idea? ¿Alguien sabe?